La Hepatitis C infecta ya a tres veces más gente que el SIDA. Es responsable de más de un tercio de todos los transplantes de hígado. Y en este siglo matará cada año más gente que el SIDA.
Mi nombre es Dr. C. Everett Koop. He sido Cirujano General de los Estados Unidos, y tengo un mensaje importante para ustedes. Muchos de ustedes me oyeron hablar sobre la crisis del SIDA durante mi período como Cirujano General. Hoy estamos al borde de una amenaza aún más grave para nuestra salud pública.
Me estoy refiriendo a una enfermedad viral que infecta a millones de personas, pero pocas de ellas lo saben siquiera. Una enfermedad que sufrirán durante una década o más (y que puede contagiar a otros) antes de darse a conocer como una amenaza a su salud. Una enfermedad sobre la que, hasta ahora, no hemos actuado suficientemente.
Esa enfermedad es la Hepatitis viral – uno de los problemas prevenibles y curables de salud pública más significativos que encara hoy nuestro país.
De hecho hay cinco tipos diferentes de Hepatitis viral, pero de ellos el tipo conocido como Hepatitis C es la mayor amenaza. A diferencia de muchas otras formas de Hepatitis, no hay vacuna contra la Hepatitis C. Más de 4 millones de norteamericanos, y quizá tantos como 200 millones de personas en todo el mundo están infectados actualmente con Hepatitis C. Más del 80% de los que tienen Hepatitis C sufren la infección toda su vida si no se la trata. Muchos desarrollarán enfermedades crónicas del hígado que pondrán su vida en peligro.
La Hepatitis C infecta ya a tres veces más gente que el SIDA. Es responsable de más de un tercio de todos los transplantes de hígado. Y en este siglo matará cada año más gente que el SIDA.
Pero el inicio de la Hepatitis C puede no notarse. Algunas personas creen que tienen un toque de gripe. Muchas sólo descubren que tienen la enfermedad por un análisis de sangre rutinario que detecta anticuerpos a la Hepatitis C.
Eso puede continuar durante más de 20 años, pero con el tiempo muchos de los infectados evolucionarán a enfermedad crónica del hígado, con ictericia o amarilleo de piel y ojos, e hinchazón abdominal. Eventualmente la persona infectada puede morir.
Antes de 1990 no había tests para Hepatitis C, y el riesgo de infección por una transfusión de sangre era de entre 8% y 10%. Todo el que haya recibido una transfusión de sangre antes de esa fecha está en riesgo de haber sido infectado y debería analizarse.
Otros factores de riesgo incluyen el uso intravenoso de drogas, esnifar cocaína, heridas en la nariz al cuidar la salud, y también tatuajes y piercings. No estamos seguros de su transmisión por actividad sexual con parejas infectadas o contacto con miembros del hogar con Hepatitis C, quizá un 13% de todas las infecciones se producen de ese modo.
Si usted cree estar en riesgo de haber contraído esta enfermedad, le urjo enérgicamente a buscar análisis y tratamiento a través de su médico. Y aunque sienta que no está en riesgo, espero que explore la información disponible en Internet y aprenda sobre esta enfermedad.
La Hepatitis C no discrimina. Afecta a gente de todas las edades, géneros y orientaciones sexuales. No es una “enfermedad de los pobres”. Afecta a gente de todos los estilos de vida en todos los estados y en todos los países. Lo más importante, afecta a gran número de individuos, un número que en Estados Unidos es tan gran grande como las poblaciones combinadas de todas las ciudades capital de todos los estados. Todos los norteamericanos deben comprender el riesgo que esta enfermedad presenta. Tenemos que ayudar a Norteamérica a convertirse en líder en la lucha contra esta enfermedad tanto en este país como en todo el mundo.
Hable a sus amigos, su familia y sus colegas de trabajo. Si usted es maestro, háblele a sus alumnos. Si usted es doctor, dígalo a sus pacientes. Si usted es un paciente, asegúrese de que su médico sabe del tema. Trabajando juntos podemos ayudar a invertir la propagación de esta terrible enfermedad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario