miércoles, septiembre 28, 2005

Carolina J. Branger // ¿Hacia un ex país?

El tema de las injusticias sociales no se resuelve con expropiaciones. Se resuelve con una acertada mezcla de educación y renovación de instituciones que permitan crear riquezas, no seguir tapando la pobreza con limosnas que jamás resultan suficientes.

Resulta contradictorio que se le hable a un pueblo de lo "malo" que es ser rico, cuando ese pueblo, en un altísimo porcentaje, juega la lotería, apuesta a los caballos y colma los bingos en el afán de que un golpe de suerte les resuelva los problemas económicos. ¿Será que alguien, motu proprio, va a dejar de apostar ante la afirmación de lo malo que es "ser rico"?

Resulta aún más contradictorio que se hable de "propiedad colectiva" al expropiar compañías para entregarlas a los obreros, porque si las compañías expropiadas funcionan y empiezan a generar dividendos, ¿qué se les va a decir a los dueños colectivos, que bajen la producción o que dejen de funcionar, porque es malo "ser ricos"?

Los esquemas socialistas y comunistas van en contra de la prosperidad, porque para ellos la igualdad sólo es posible si se le quita todo a todos. Se quedan sin resolver el que bajo esos esquemas siempre habrá algunos privilegiados que tendrán mucho más que quienes no tienen nada. Y se estrellan contra la tendencia natural del ser humano que busca la igualdad con el que tiene por encima, jamás con el que tiene por debajo.

Venezuela ha sido un país de oportunidades, lo demuestran las historias de venezolanos y extranjeros que a través de su trabajo han logrado surgir, desarrollarse y brindar bienestar a otros. ¿Cómo va a ser malo prosperar a través de un trabajo honesto?...

Las expropiaciones, según la Constitución, deben realizarse si es por causa de utilidad pública o social. Jamás por revanchismo, capricho o arbitrariedad. Las leyes son muy claras al respecto. Pero si son pisoteadas mediante "interpretaciones" peregrinas, habrá revanchismo, habrá caprichos y habrá arbitrariedades.

También debe haber contraloría de lo que se está haciendo, porque muchas veces el resultado de la ecuación es que se pierde de ambos lados.

"Que demuestren la titularidad de sus pertenencias". ¿Pero qué se va a demostrar, si las "autoridades" dicen que los documentos tradicionales carecen de valor? La vida en el campo es ardua y requiere de muchos sacrificios. ¿No resulta un irrespeto al trabajo ver que la labor de toda una vida, o de varias generaciones, se diluye sin que nada pueda hacerse?

No puede sistematizarse el abuso, el atropello, la tropelía. ¿Con qué país en el mundo podemos compararnos en este tema de las invasiones y las expropiaciones?... La respuesta es que en ningún país civilizado se atenta contra la propiedad privada de la manera que se está atentando hoy en Venezuela. Y los países con los que resulta válida la comparación son países cuyos ciudadanos viven en un sistema represivo, sin libertades.

El tema, el quid del asunto está en lo frágil que está resultando el concepto de propiedad privada, uno de los valores más sacrosantos de los venezolanos, y que la cacareada propiedad colectiva no va a sustituir.

A pesar de los problemas, tenemos ya demasiados años acostumbrados a ser libres. La verdad es que no veo cómo nos van a imponer un sistema que no queremos. Violar los principios de nuestra esencia es una expropiación de nuestra identidad. En otras palabras, nos quieren convertir en un ex país. ¿Nos vamos a dejar?...