Los historiadores consideran que los seres humanos aprendieron por primera vez a cultivar en la “Arco Fértil” de Mesopotamia, donde se encuentra ahora Irak. “Es aquí, cerca de 8500 o 8000 A. de C. donde la humanidad domesticó por primera vez el trigo, aquí nació la agricultura”, escribió Jeremy Smith en Ecologist. Todo ese tiempo, “los agricultores iraquíes han estado seleccionando naturalmente variedades de trigo que se comportan mejor con su clima… “y han cruzado su polinización con otras de diferentes cualidades”.
“EE.UU., sin embargo, ha decidido que a pesar de 10.000 años de práctica, los iraquíes no saben qué trigo da mejores resultados bajo sus propias condiciones.”
Smith se refería a la Orden 81, una de 100 directivas emitidas por L. Paul Bremer III, el administrador de EE.UU. en Iraq, que dejó como legado del gobierno de EE.UU. cuando transfirió las operaciones a las autoridades interinas iraquíes. La regulación fija criterios para patentes de semillas que solo pueden ser cumplidas por compañías multinacionales como Monsanto o Syngenta, y otorga al propietario de la patente derechos exclusivos sobre todo aspecto de todos los productos producidos con esas semillas. Debido a la polinización cruzada que ocurre naturalmente, el nuevo sistema lanza efectivamente un proceso según el cual los agricultores iraquíes pronto tendrán que comprar sus semillas en lugar de utilizar semillas resultantes de sus propios cultivos o compradas en el mercado local.
Las variedades nativas serán reemplazadas por semillas foráneas –y genéticamente modificadas– y la agricultura iraquí se hará más vulnerable a enfermedades al perderse la diversidad biológica.
La Universidad A&M de Texas, que alardea que su programa agrícola es un “líder mundial” en el uso de biotecnología, ya se ha embarcado en un proyecto de 107 millones de dólares para “reeducar” a los agricultores iraquíes para que cultiven cosechas de tamaño industrial, para la exportación, utilizando semillas estadounidenses. Y cualquiera que haya jamás prestado atención a cómo esto ha funcionado en otras partes en el sur del globo sabe lo que seguirá. Los agricultores perderán sus tierras, y el país perderá su capacidad de auto-alimentarse, generando pobreza y dependencia.
En TomPaine.com, Greg Palast identificó la Orden 81 como una de varias originadas por Bremer que se ajustan maravillosamente al esquema de un “Plan Económico” de EE.UU., un anteproyecto de 101 páginas para la reestructuración económica de Irak, formulado con la amplia ayuda de lobbyistas corporativos. Palast informó que alguien dentro del Departamento de Estado le pasó el plan un mes antes de la invasión.
Smith lo dijo de modo simple: “La gente cuyos antepasados dominaron por primera vez la domesticación del trigo tendrán que pagar ahora por el privilegio de cultivarlo para otros Y con eso el patrimonio agrícola más antiguo del mundo se convertirá en sólo un eslabón más en la vasta cadena de suministros estadounidense”.
Fuentes: "Iraq's New Patent Law: A Declaration of War Against Farmers," Focus on the Global South and Grain, Grain, octubre de 2004; "Adventure Capitalism," Greg Palast, www.tompaine.com, 26 de octubre de 2004; "US Seeking to Totally Re-engineer Iraqi Traditional Farming System into a US Style Corporate Agribusiness," Jeremy Smith, Ecologist, 4 de febrero de 2005.