Más del 10% de la población comprendida entre los 30 y los 60 años de edad sufre de cálculos renales.
Los cálculos renales son una de las enfermedades más frecuentes de las vías urinarias. Éstos se forman cuando algunos componentes de la orina se hallan en ésta en una concentración mayor de lo usual, ya sea porque el riñón aumenta la cantidad filtrada o porque la cantidad de orina es escasa.
Esta segunda opción suele ser habitual en personas que consumen pocos líquidos, lo que contribuye a que su orina se encuentre hiperconcentrada.
Los cálculos o "piedras" se forman por cristalización de las sustancias minerales eliminadas en exceso, que pueden ser: sales de calcio, oxalato, ácido úrico o fosfatos. Durante la formación no suele padecerse ningún síntoma a excepción de algún leve dolor lumbar o ligeras molestias al orinar como escozor (el color de la orina también puede volverse turbio).
Sin embargo cuando se desprenden y comienzan a descender por las vías urinarias producen un dolor muy agudo denominado cólico nefrítico (o cólico de riñón).
El cólico de riñón se caracteriza por un dolor intenso que suele ir acompañado de nauseas y vómitos, palidez cutánea y sudoración intensa, escalofríos, fiebre, nerviosismo, estreñimiento, e incluso sangre en la orina, debido a la erosión que sufren las paredes del uréter con el paso del cálculo.
La causa de este dolor tan intenso tiene su origen en la acumulación de orina que se encuentra por encima del cálculo, ya que éste obstruye su salida de la vía urinaria. Dicho dolor habitualmente se localiza en la zona lumbar, aunque se irradia por todo el uréter hacia la ingle, los genitales externos y la cara interna del muslo.
Es más frecuente la formación de cálculos a partir de los 30 años, con mayor predisposición a sufrirlos entre el sexo masculino, existiendo variaciones muy significativas entre unas zonas geográficas y otras, datos que se atribuyen principalmente a las costumbres dietéticas.
Por ejemplo las dietas basadas en un alto consumo de carne, las totalmente vegetarianas o la ingesta excesiva de sal son errores dietéticos que favorecen la aparición de cálculos renales.
El tratamiento más efectivo para aliviar los dolores del cólico nefrítico es la administración de analgésicos a la vez que se aumenta al máximo la ingesta de líquidos que favorezcan la salida de la piedra al exterior.
Si el paciente no llega a expulsar la piedra de forma natural, ésta acabará taponando por completo la vía urinaria no quedando más remedio que tener que ser intervenido por el urólogo.
Además de la técnica quirúrgica existe un tratamiento denominado litotricia, que consiste en romper los cálculos de gran tamaño en fragmentos muchísimo más pequeños mediante el uso de ultrasonidos, para así poder ser arrastrados al exterior a través de la orina.
Para prevenir la formación de cálculos renales lo mejor es, como siempre, ingerir un mínimo de dos litros de agua al día y llevar una dieta equilibra, lo que implica moderar el consumo de sal, azúcar, alcohol y proteínas animales, y por supuesto no tomar más de 2.000 calorías diarias.
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