El Ginseng es considerado como una de las plantas superiores de mayor diseminación en el público general. Es la hierba china más famosa y su utilización es ampliamente reconocida en la medicina tradicional.
Actualmente se emplea sola o en combinación con vitaminas y es un producto de venta libre que no necesita prescripción médica.
A pesar de esto, y con toda la seguridad que ha demostrado tener durante milenios, alrededor de esta planta se han generado una serie de polémicas que crean incertidumbre en las personas que pudieran consumir este tipo de producto.
Aunque la primera referencia escrita de esta planta data del tiempo de la dinastía Han (200 a.C), al parecer se utiliza desde hace más de 5.000 años. Su nombre botánico -Panax Ginseng- denota por sí mismo la excelente consideración que de ella tenían los romanos -al igual que los griegos- al considerarla una auténtica panacea o, lo que es lo mismo, "remedio para todas las enfermedades". El nombre científico, Pánax, deriva del griego "panakeia", que significa "remedio universal". El término "Ginseng" deriva del chino "jen-shen," que significa "el poder de la tierra con forma humana", por su forma similar a la silueta humana.
El ginseng ha sido la fuente de varios mitos y leyendas. En China la planta todavía es llamada la “raíz del hombre”; en Korea se la conoce como la “raíz de la vida” o la “raíz humana”; y en Japón se la tiene en tan alta estima que se la llama “maravilla del universo”.
La historia mostró que los primeros emperadores chinos le confirieron gran valor, proclamando que sus raíces poseían muchos usos, primordialmente como tónico o estimulante físico y mental. Además, era usado para incrementar la fertilidad, sexualidad y, principalmente, para fortalecer el cuerpo. De hecho, el ginseng es tan estimado como droga botánica, que fue un importante artículo de intercambio comercial. Literalmente valía su peso en oro.
Cuentan los libros clásicos de la medicina china que el ginseng se empleó para la preparación de lo que ellos llaman "las cinco vísceras"; para armonizar energías, fortalecer el espíritu, quitar el miedo y eliminar sustancias tóxicas del cuerpo, alegrar el alma, abrir el corazón y fortalecer el pensamiento.
La farmacopea de Shen Nung atribuye a esta raíz propiedades excepcionales, catalogándola como planta somaténsica. Las plantas somaténsicas son aquellas que mantienen un equilibrio Yin/Yang, entre las cuales además del ginseng tenemos el ajo y el eleuterococo.
El ginseng que crece salvaje, en la profundidad de las montañas, es conocido como "sansam" (ginseng de las montañas). La reputación del ginseng coreano empezó con el "sansam". En los tiempos antiguos, su búsqueda fue casi un esfuerzo espiritual para aquellos habitantes de las naciones montañosas. Incluso hoy, hay gente que pasa su vida como nómadas, buscando la mítica planta por los profundos valles. Son conocidos por el nombre de "shimmani ó shimmemani" (ambos significan "cosechadores del ginseng salvaje").
Para distinguirlo del ginseng que crece en otras partes del mundo, el ginseng coreano es conocido específicamente por el nombre de "Koryo ginseng", denominado así con posterioridad al antiguo reino de Koryo, del cual proviene el nombre actual de Korea.
El territorio del Reino de Koguryo (37 AC – 668 DC) se extendía al norte de la región de Liaotung, en China, Manchuria y por las provincias costeras de Siberia. El ginseng salvaje crecía en esas regiones, así como en la República de Corea. Koguryo tenía el monopolio virtual del suministro de ginseng en aquellos días. Desde entonces ha continuado la supremacía del ginseng coreano hasta el día de hoy.
Su constitución varía según las condiciones climáticas y del suelo. Así, la calidad del ginseng coreano es diferente a la de otros tipos, tanto, como para poder tener su propio nombre científico.
Los poderes medicinales del ginseng han sido muy discutidos a lo largo de la historia. En "Shennung pents'ao ching", uno de los escritos chinos más antiguos especializados en libros de plantas, se destaca que el ginseng protege al sistema digestivo, calma los nervios, aclara los ojos, y si se toma durante un largo período de tiempo, se consigue un cuerpo ágil y ligero.
El ginseng que crece en América, se llama Americano, occidental, Kwangdon, Hwagi ó P'o ginseng; Panax quinquefolium Linne es su término científico. El ginseng japonés es el Panax japonicum, C.A. Meyer y el chino, Panax notoginseng (Burk) F.H. Chen. Todos ellos pertenecen a la familia de las araliaceae, pero son totalmente diferentes del ginseng Koryo. El ginseng siberiano, que es ampliamente vendido en América y en Europa hoy en día, también pertenece a la misma familia, pero no al género Panax (ginseng). Es la raíz de un arbusto conocido por su nombre científico, "Acantopanax (Eleutherococcus) senticosus Maxim".
La raíz del ginseng hizo apariciones fugaces en occidente, pero al poco tiempo era olvidada nuevamente. La primera vez, navegantes moros la llevaron a España durante el siglo I. En 1642 fue redescubierta por el explorador Álvaro Samedo y con posterioridad, en el siglo XVII, por navegantes holandeses. Fue tan sólo en el siglo XX que el ginseng fue finalmente reconocido como planta medicinal, una vez que sus efectos pudieron ser probados y documentados mediante métodos científicos.
En 1918, el ginseng recibe el nombre de Panax ginseng por parte de Carl Meyer. En 1969, científicos europeos descubren que el extracto de la raíz añadido a células humanas en cultivo, prolonga su vida notablemente, preservándolas más allá del tiempo normal establecido.
Desde 1972, se pone de moda como tónico para prolongar la vida conociéndose por su nombre botánico.
Científicos de Japón y de Rusia experimentaron con trabajadores de varias empresas y atletas, obteniendo buenos resultados en cuanto a: mayor resistencia del organismo en deportistas y mayor rendimiento laboral en empleados de oficinas y fábricas. Además, hay que resaltar que el ginseng no afecta ni altera el sueño ni al electroencefalograma como sí lo hacen otros estimulantes, tales como la cafeína.
Japón, Corea y Rusia son los países que mayores estudios han realizado de esta planta, los cuales han confirmado sus beneficios en el estrés y el rendimiento laboral, así como notables beneficios en personas tratadas alopáticamente de cáncer. En el caso, por ejemplo, del sistema cardiovascular, se ha observado su efecto beneficioso sobre el nivel de colesterol en la sangre, siendo extraordinarios los resultados en los casos de hipertensión, síntoma muy asociado al estrés.
Los científicos rusos sostienen que es un buen preventivo contra la arteriosclerosis.
Hoy día, no se discuten los beneficios del ginseng en los ancianos. En Alemania, un estudio reciente realizado en 540 pacientes en instituciones geriátricas, reveló que los mejores efectos del ginseng se obtuvieron en el campo biológico, psicológico y neurológico, lográndose una mejoría considerable en las facultades mentales, con ausencia de depresiones, control de la tensión arterial y de glucosa en la sangre. Otro estudio en Italia reveló que el extracto de ginseng produjo en las personas de avanzada edad una mejoría en los movimientos de las piernas reumáticas, más energía, menor pérdida de memoria, menos depresiones y, en general, mejor funcionamiento psíquico.
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