Después de tres meses de tomar café descafeinado se observó el aumento de los ácidos grasos y apolipoproteína B (proteína asociada con el LDL o colesterol “malo”)
El café descafeinado podría causar un aumento del colesterol LDL, al elevar los niveles de la apolipoproteína B vinculada al síndrome metabólico, según un estudio del Centro del Corazón Fuqua y del Centro para la Salud y Aprendizaje Piedmonton-Mercer. Las conclusiones de esta investigación se han hecho públicas durante las sesiones científicas anuales de la Asociación Americana del Corazón que se celebraron recientemente en Dallas (Estados Unidos).
El estudio incluyó a 187 personas que fueron asignadas de forma aleatoria a tres grupos: uno que ingirió entre tres y seis tazas de café con cafeína al día; otro que bebió entre tres y seis tazas de café descafeinado al día; y un tercer grupo, el de control, que no bebió café.
Los científicos midieron el nivel de cafeína en la sangre de los participantes, así como los niveles de los indicadores de la salud cardiaca antes y después del estudio que duró tres meses. Los científicos trataron de mostrar los efectos del café con cafeína y el consumo de café descafeinado mediante indicadores cruciales del síndrome metabólico, el término que agrupa varios factores de riesgo de la enfermedad cardiaca.
Los investigadores tuvieron en cuenta la presión sanguínea, el ritmo cardíaco, el índice de masa corporal (IMC), el colesterol total, los triglicéridos, los niveles HDL, la glucosa, la insulina, la cantidad total de grasa en la sangre, la apolipoproteína B (ApoB, una proteína asociada con el LDL) y la lipoproteína 2 de densidad alta (HDL2, un tipo de colesterol considerado beneficioso para el organismo).
Los científicos no descubrieron cambios significativos entre los niveles de los tres grupos en la insulina y glucosa de la sangre, u otros factores de riesgo. Según los científicos, después de tres meses de tomar café, el grupo que tomaba descafeinado experimentó una subida en ácidos grasos. La ApoB ascendió un 8 por ciento en el grupo que tomaba descafeinado pero no se alteró en los otros dos grupos.
Estudios anteriores muestran que los niveles de ApoB podrían predecir mejor el riesgo de enfermedad cardiovascular que los niveles de LDL. La cantidad total de grasa en la sangre aumentó un 18 por ciento en el grupo que tomó descafeinado, mientras no se alteró en los otros dos grupos.
La medida de colesterol HDL estuvo representada por el HDL2, un tipo de HDL cuyos niveles elevados se asocian con un bajo riesgo de enfermedad cardiaca. Los científicos descubrieron que los niveles de HDL2 no se alteraron de forma global en los tres grupos del estudio.
Pero en el grupo que tomó café descafeinado estos niveles se alteraron según el peso de los participantes. Para aquellos que tenían un índice de masa corporal de más de 25 (lo que se considera sobrepeso), los niveles de HDL2 aumentaron aproximadamente en un 50 por ciento. Pero en el caso de aquellos que no tenían sobrepeso, los niveles de HDL2 descendieron cerca de un 30 por ciento.
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