La alopecia es una enfermedad que influye negativamente en la autoestima de los individuos, sobre todo en los más jóvenes y en las mujeres. Y es que, aunque siempre se ha considerado un problema masculino, lo cierto es que cada vez son más las mujeres que padecen una excesiva caída de cabello.
Alopecia, una enfermedad que no entiende de sexos
La alopecia es una enfermedad que influye negativamente en la autoestima de los individuos, sobre todo en los más jóvenes y en las mujeres. Y es que, aunque siempre se ha considerado un problema masculino, lo cierto es que cada vez son más las mujeres que padecen una excesiva caída de cabello.
El término alopecia fue acuñado por el dermatólogo francés Sabouraud (1964-1938) y deriva del griego ‘alopex’ (zorra) por la característica de este animal, que muda su pelo dos veces al año. Es más notable en el cuero cabelludo, aunque puede presentarse en cualquier lugar del cuerpo donde crezca pelo, y se define como la pérdida o caída de pelo de cualquier tipo y origen.
La cabeza humana tiene un promedio de 100.000 pelos que crecen y se renuevan regularmente, de los que diariamente se caen entre 50 y 100. Cada pelo permanece sobre la cabeza entre dos y seis años, y durante la mayoría de este tiempo crece continuamente.
Cuando se hace más viejo, entra en una etapa de reposo en la que permanece sobre la cabeza, pero no crece. Al final, el pelo cae. Cuando el pelo no crece, se cae en exceso o se vuelve tan fino que no resiste un peinado diario, es cuando podemos decir que existe un problema de alopecia.
Según los expertos, el 14 por ciento de los varones de 18 años tiene algún grado de manifestación de alopecia androgenética, lo que se conoce como calvicie común, siendo ésta una de las causas más comunes de la caída del cabello, y la que con más frecuencia motiva consultas y ocasiona mayores trastornos estéticos. Además, esta cifra aumenta con la edad, por lo que el 80 por ciento de los varones mayores de 70 años la padece.
Causas de la alopecia
La alopecia androgenética o calvicie común es una patología que comienza en la adolescencia, entre los 18 y 20 años, debido a los cambios hormonales que experimenta el individuo, y se ubica, sobre todo, en la parte superior del cuero cabelludo.
Pero, tal y como destacan los expertos, en el origen de esta patología hay una clara influencia de la herencia genética. Y es que, prácticamente el ochenta por ciento de los varones con alopecia androgenética tienen antecedentes familiares con el mismo problema.
En relación con ese factor hereditario, los dermatólogos aseguran que las hormonas que en cantidades normales circulan por el torrente sanguíneo actúan sobre las raíces de los pelos y hacen que éstos tengan un crecimiento cada vez más lento y se hagan más pequeños.
Otros de los motivos del aumento de la caída de cabello son las llamadas nuevas enfermedades del siglo XXI, como el estrés, la depresión y la ansiedad, ya que provocan que aumente la secreción de los andrógenos y por lo tanto la pérdida de cabello.
Este cuadro clínico de la alopecia, asociado básicamente al estado anímico del paciente, es el que afecta en gran medida a los pacientes con alopecia areata, una patología que se caracteriza por la caída del pelo en placas, generalmente redondas u ovaladas.
Así, factores como la muerte de un familiar, la pérdida del puesto de trabajo o los problemas escolares pueden estar asociados a la calvicie de un paciente, lo que hace de ésta, una enfermedad que puede padecer cualquier persona.
La alopecia femenina
La alopecia no es exclusiva de los varones. Nunca lo ha sido, aunque, tal y como señalan los expertos, cada vez hay más mujeres que sufren una caída excesiva del cabello, aunque es más difícil que se queden totalmente calvas.
La caída de cabello más frecuente entre las mujeres es la alopecia difusa, es decir una caída excesiva de pelo repartida por todo el cuero cabelludo y causada por distintas enfermedades, como trastornos endocrinos, metabólicos o nutricionales (anemia ferropénica, deficiencia de calcio), enfermedades (como diabetes, cáncer) o acontecimientos biológicos importantes, como el parto o la menopausia.
Entre el 10 y el 20 por ciento de las mujeres padecen actualmente esta clase de alopecia. Sin embargo, cada vez es más frecuente las mujeres que padecen alopecia androgenética o areata.
En este sentido, los expertos señalan que muchas veces en las mujeres los problemas no llegan cuando comienza a percibirse a la vista esa pérdida de cabello, sino cuando la paciente cree que puede percibirse por parte de los demás.
Además, destacan que este hecho puede provocar un círculo vicioso, ya que esta caída de cabello puede provocar un estado de ansiedad por su imagen e incluso caer en una depresión, patología que producen, a su vez, una mayor pérdida capilar.
Un problema físico con consecuencias psicológicas
Diversos estudios realizados en los últimos años han comprobado científicamente que la calvicie puede disminuir la calidad de vida de quien la padece, produce diversos grados de ansiedad y trastornos psicológicos. Es más, según algunos expertos, 5 de cada 100 pacientes con alopecia recibe tratamiento psiquiátrico.
Lo cierto es que, si bien el único efecto conocido del pelo en los seres humanos es la protección del cuero cabelludo de las radiaciones solares, sin embargo, en la sociedad actual se da mucha mayor importancia a los efectos estéticos que a los fisiológicos.
Esto ocurre, en especial, en el caso de las mujeres, que son las que más padecen esta clase de trastornos psicológicos hasta el punto de que pueden llegar a necesitar de tratamientos médicos específicos.
Asimismo, los dermatólogos también recuerdan que estas personas pueden, además de tener problemas estéticos y psicológicos, padecer a la larga, y si no toman precauciones, una serie de complicaciones en la piel que no padecen las personas con pelo.
Tratamientos efectivos
A pesar de que la caída del cabello preocupa a los españoles, son pocos los que acuden al especialista para tratar la patología. Según los expertos, sólo cerca de un tres por ciento de los pacientes visitan al dermatólogo, y suelen hacerlo después de comprobar que, en su caso, fracasan los tratamientos cosméticos.
Existen varios tratamientos farmacológicos para la alopecia, pero el medicamento tópico más prescrito y efectivo por los dermatólogos españoles es la molécula minoxidil.
Un aspecto que hay que tener en cuenta es que para que la medicación comience a dar sus frutos se necesita un periodo de 6-12 meses de tratamiento continuado. Para los casos de alopecia androgenética o calvicie común el tratamiento debe mantenerse de forma indefinida. Sin embargo, los dermatólogos apuntan que los españoles son poco constantes en el tratamiento, los más persistentes son los jóvenes y, sobre todo, las mujeres.
En la caída de cabello provocada por factores nutricionales, metabólicos o endocrinos debe abordarse el tratamiento controlando el problema que origina la pérdida de pelo. De ahí la necesidad de que se lleve a cabo un tratamiento personalizado, dependiendo de las circunstancias personales de cada uno y valorando los pros y contras de cada persona.
Cuando el paciente afectado presenta un caso de alopecia irreversible la solución puede estar en el transplante. Se trata de una simple intervención de microcirugía que consiste en la extracción de pelo propio de la parte posterior de la cabeza que se reubica después en las áreas despobladas. Los expertos aseguran que tras esta operación los cabellos transplantados ya no vuelven a caer y crecen de forma normal, por lo que se pueden lavar, cortar, teñir y peinar.
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