martes, diciembre 06, 2005

BLASTOMICOSIS

Introducción
La blastomicosis es una infección micótica poco común causada por la inhalación de un hongo, Blastomyces dermatitidis, que se encuentra en la madera y el suelo, el cual se convierten en levaduras e invaden los pulmones. La mayoría de los casos provienen de América, Africa y la India. Los pulmones son casi siempre la puerta de entrada de la primoinfección y la neumonía es la manifestación clínica más frecuente.

¿Qué lo produce?
La enfermedad es más frecuente en los hombres, entre 20 a 40 años. La incidencia es de 1 a 2 casos por cada 100.000 personas en áreas geográficas donde frecuentemente ocurre y es incluso mucho menor fuera de estas áreas, pero no se conoce ningún vínculo ocupacional.

El factor de riesgo clave es la exposición al suelo (su hábitat natural) enriquecido con material orgánico ácido en descomposición o con excrementos de animales. Puede infectar a los perros.

Se considera una infección oportunista, la enfermedad generalmente afecta a personas con sistemas inmunocomprometidos, como los portadores del VIH y los receptores de trasplantes de órganos.

Pueden distinguir varias formas:

1.- blastomicosis autolimitada aguda: forma muy rara, que puede cursar como una infección respiratoria leve y autolimitada.

2.- blastomicosis pulmonar: aparece en los casos de infección progresiva que requieren tratamiento. Se parece a una bronconeumonía (infección bronquial y pulmonar). La infección tiene un comienzo insidioso y es crónica, se caracteriza por síntomas inespecíficos, tos seca o productiva, dolor torácico, disnea (dificultad en la respiración), fiebre, escalofríos y sudoración abundante. En algunos casos las infecciones progresan rápidamente y produce distrés respiratorio del adulto.

3.- blastomicosis diseminada extrapulmonar: se produce por diseminación hematógena (a través de la sangre) y provoca infección local de diferente órganos, piel, tejido subcutáneo y mucosa oral o nasal, aparato génito urinario (próstata, testículos y riñones), huesos (vértebras, epífisis y médula ósea), ganglios linfáticos, encéfalo, etc.

¿Cuándo sospechar esta enfermedad?
Es posible que la infección pulmonar no produzca síntomas, pero cuando la infección se disemina, puede aparecer lesión de piel o lesiones óseas y puede afectar al sistema urogenital (vejiga, riñón, próstata, testículos). Los síntomas varían mucho según el órgano afectado.

• tos (el esputo puede ser marrón o sanguinolento)
• dificultad respiratoria
• sudoración
• fiebre
• fatiga
• molestia, incomodidad o sensación de malestar general
• pérdida de peso
• rigidez en la articulación y dolor en la articulación; en los huesos largos, en especial tibia y costillas que resultan afectados con mayor frecuencia. Suelen afectarse las metáfisis (cartílago de crecimiento de los huesos largos) las epífisis (extremos de los huesos largos) y las regiones subarticulares. Cuando se infecta la columna vertebral son comunes las lesiones óseas multicéntricas
• dolor y rigidez muscular
• lesiones cutáneas; Las lesiones cutáneas son las más frecuentes, pueden ser únicas o múltiples y se pueden asociar o no con afectación pulmonar clínicamente evidente.
• dolor en el pecho

¿Cómo corfirma la blastomicosis?
El diagnóstico se realiza mediante cultivo del pus o de la orina o examen directo del esputo. Se pueden realizar también biopsia de tejido o de piel.

Nos puede ayudar la presencia de antecedentes de residencia en un área geográfica relevante y la radiografía de tórax (puede revelar nódulos o neumonía con cavidades).

¿Cómo se soluciona?
Aunque no todos los casos de infección por blastomicosis en los pulmones requieren el uso de antibióticos, cuando la enfermedad se ha diseminado por fuera de éstos o presenta un estado grave, se puede prescribir anfotericina B, itraconazol u otros agentes antimicóticos. Se recomienda hacer revisiones periódicas para detectar una reaparición de la enfermedad.

Los pacientes con lesiones cutáneas y compromiso pulmonar relativamente leve generalmente se recuperan por completo, mientras que los casos no tratados o más graves son progresivos y pueden llevar a la muerte del paciente.

¿Qué consecuencias puede tener?
abscesos grandes
reaparición o recurrencia de la enfermedad
efectos secundarios desagradables por drogas como la anfotericina B

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