La leche de camello puede curar serias alergias alimentarias y fortalecer las defensas del organismo en los niños, según los resultados de una investigación publicada en la última edición de la revista mensual de la Asociación Médica de Israel.
El estudio, en la que participaron ocho pacientes de entre cuatro meses y diez años, a los que se administró con éxito ese alimento, se llevó a cabo en el hospital Soroka de la ciudad sureña de Beersheba.
A diferencia de la leche de vaca, de oveja y de cabra, que son rumiantes, la hembra del camello -que no lo es- produce una leche "muy diferente", dijeron los expertos, pues contiene sólo un dos por ciento de grasas y ácidos grasos completamente homogeneizados.
La investigación la desarrollaron los doctores Iosef Shabo, Rubén Barzel, Mark Margoulis y Rubén Yagil, quien desde hace años estudia el mejoramiento de la especie de los camellos en una granja del desierto, ya que, en su opinión, "esta leche pueden salvar de la muerte a millones de niños desnutridos en Africa".
La leche de camello se comercializa desde hace años en varios países árabes.
En el caso de los menores examinados, sus padres solicitaron la asistencia médica porque los tratamientos convencionales no les habían dado buen resultado.
Los síntomas de esas alergias eran sarpullidos en la piel, deficiencia de lactasa, desequilibro químico y señales de asma. El bebé de cuatro meses perdía sangre y otros líquidos debido a constantes diarreas, informaron los médicos.
La lactosa, el azúcar en la leche, presenta en concentraciones del 4,8 por ciento en la del camello, pero es fácil su metabolismo para los que padecen intolerancia a esa sustancia.
Según los médicos, las proteínas en la leche de camello han sido el principal factor en la prevención y para la cura de las alergias alimentarias que sufrían los niños estudiados.
Ello se debe, según señalaron en la revista, a que por un lado, no contiene beta-lactoglobulina, y por el otro posee una beta-caseína distinta de la que se encuentra en la leche de vaca. Esos dos componente, agregaron los médicos, son los que suelen causar aquellas alergias.
Según los investigadores, esas alergias, que sufre una minoría entre los niños, se deben a que las defensas de su organismo reaccionan ante las proteínas de la leche y otros alimentos como si fuesen "una amenaza", y entonces ponen en acción el sistema inmunológico como si se tratara de un elemento patógeno, un "enemigo".
La leche de camello, asimismo, es rica en vitamina C, calcio, hierro, y contiene anticuerpos (inmunoglobulinas) compatibles con las de los seres humanos, y también moléculas pequeñas que pueden llegar fácilmente al torrente sanguíneo por vía de los intestinos.
Los médicos entregaron a los padres leche de camello congelada y les recomendaron proporcionarla a sus hijos descongelada y no caliente, ya que el calor puede destruir los anticuerpos y las proteínas.
A las 24 horas de ingerir esa leche, disminuyeron los síntomas en todos los niños, agregaron.
Algunos de los menores siguieron bebiendo la leche de camello durante un mes y su recuperación, afirmaron los médicos, "fue espectacular".
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