domingo, octubre 09, 2005

Las enfermedades tropicales no discriminan condición social

Catorce casos de leishmaniasis visceral detectados en Valencia

José Alfredo Arias

Las enfermedades tropicales, entre ellas el paludismo, la leishmaniasis, la lepra y la leptospirosis, a juicio de José Rodrigues Coura, jefe del Departamento de Medicina Tropical del Instituto Oswaldo Cruz, de Brasil, no discriminan condición social.

Por ello, las políticas en materia de salud deben ser eficientes, sobre todo en el área presupuestaria, pues, además del apoyo que se pueda ofrecer a la atención inmediata en hospitales y ambulatorios, está la ayuda al trabajo investigativo, tal y como se ha planteado desde esta institución encargada de formar personal capacitado en dicha especialidad.

En Venezuela no existen aún postgrados ni maestrías en Medicina Tropical. No obstante, la Universidad de Carabobo está estableciendo contactos con la Fundación Oswaldo Cruz, para definir un convenio macro que permita afianzar los estudios que se hagan de medicina tropical con esta institución brasileña.

Rodrigues Coura, asesor internacional del Centro de Investigaciones Tropicales, ubicado en San Carlos, estado Cojedes, estuvo de visita en la Universidad de Carabobo, invitado por la Organización Panamericana de la Salud y el Centro de Investigaciones Tropicales de esta casa de estudios superiores, exponiendo parte de lo que podría consolidarse como un acuerdo en apoyo a las investigaciones que se puedan realizar en Venezuela, considerando que recientemente se han suscitado emergencias en Carabobo donde han surgido casos de enfermedades tropicales, como la leptospirosis y el dengue.

Las enfermedades tropicales son, según el doctor Rodrigues Coura, básicamente enfermedades parasitarias e infecciosas transmitidas por vectores, insectos, garrapatas y otros, que afectan zonas donde existe población de escasos recursos y, sobre todo, las más aisladas de sector urbano.

¿Cuál ha tenido mayor incidencia en Latinoamérica?

-En número de casos, probablemente la malaria; igualmente figura, pero no como enfermedad tropical, la hepatitis B y C. En Brasil tenemos 3 millones de personas infectadas con hepatitis C y varios millones con la B.

El especialista resaltó que la mayoría de estas enfermedades son transmitidas por vectores, así como el mal de Chagas, el paludismo, entre otros. Dentro del aspecto económico, las enfermedades afectan directamente a aquellas personas que no cuentan con saneamiento de las áreas donde viven, no están bien alimentadas y, por lo general, carecen de recursos para seguir un tratamiento. No obstante, Rodrigues Coura destacó que los vectores afectan a la población más desfavorecida, pero a su vez no discriminan condición social. En una ciudad como Valencia se puede contagiar el alcalde, el gobernador, pero la diferencia es que unos tienen más recursos para poder recibir una atención oportuna.

En cuanto a la enfermedad de Chagas, destacó que en Brasil hay más de 2 millones de personas infectadas y unas 6 millones expuestas, pues están en contacto con los animales.

Paracoccidioidomicose en la cuenca del Lago de Valencia

Rodrigues Coura destacó que esta enfermedad fue descrita en 1998 y es poco conocida. Afecta a los campesinos y, sobre todo, los médicos la confunden con otros males, pues ataca los ganglios. Es una enfermedad que se aprecia sobre todo en ambientes naturales y montañosos. Los hongos permanecen allí y atacan los pulmones y otras vísceras. Se confunde muchas veces con la tuberculosis, por la misma localización pulmonar, y las radiografías sugieren en muchos casos esa confusión.

Destacó que esa enfermedad es muy frecuente en regiones agrícolas, y se tienen reportes de su existencia en la cuenca del Lago de Valencia. La enfermedad está siendo investigada por la Universidad de Carabobo con especialistas en el área de Ciencias Médicas, que aspiran el doctorado. Ésta es una línea de investigación de esta casa de estudios superiores, en el área de Nicología. El especialista en enfermedades tropicales destacó que precisamente el convenio macro con el Instituto Oswaldo Cruz podría considerarse como una alternativa de apoyo a estas investigaciones.

Estudioso del mal de Chagas

José Rodrigues Coura, experto en enfermedades infecciosas y parásitas e investigador titular del Instituto de Enfermedades Tropicales Oswaldo Cruz, es, además, jefe del Departamento de Medicina Tropical de dicho instituto.

Se ha destacado en las áreas de Clínica Médica, Farmacología, Epidemiología, Política Sanitaria y Medicina Preventiva.

Durante su extensa trayectoria ha publicado una serie de artículos, tales como “Una visión crítica del tratamiento quimioterápico de la enfermedad de Chagas”, “La revisión crítica en la quimioterapia de la enfermedad de Chagas”, “Enfermedad de Chagas que emerge en el Brasil en el Amazonas, relacionada con la parasitología”, “Enfermedades en el Amazonas brasileño, intravenoso de Chagas”, “Nuevo estudio seccional cruzado”, “Medicina Tropical Sao Paulo 2002”, entre muchos otros.

El Dr. Rodrigues Coura realizó además un estudio comparativo controlado y del placebo, en la forma crónica de la enfermedad de Chagas, 1997.

Es también asesor internacional del Centro de Investigaciones de Enfermedades Tropicales en San Carlos, estado Cojedes.

La riquetzia y los perros

El doctor Rodrigues Coura destacó que actualmente es necesario prestar atención al cuido de los animales domésticos, sobre todo los perros, ante enfermedades como la riquetzia, la cual ha sido muy difundida entre los animales. Aclaró que son bacterias que tienen un gran número de reservorios silvestres y una influencia severa y grave, pues arremeten contra todo el organismo. Hay un porcentaje grande de personas infectadas y están surgiendo más casos en todo el continente. En Brasil fue una enfermedad endémica en la década del 30 y ahora está resurgiendo en varios estados, como Sao Paulo.

En Valencia también hay surcos endemo-epidémicos. Uno de los problemas de la riquetzia es que, cuando se hace crónica y el parásito está metido ya muchos años en el organismo, va a producir una serie de molestias en todos los órganos, que pueden conducir a falsos diagnósticos y hasta pueden generar alteraciones mentales.

Resaltó Rodrigues Coura que hay una que da tifus, y son piojos y pulgas que transmiten la enfermedad. Uno de los principales reservorios domésticos son los perros, pues se han convertido en el vehículo de la enfermedad hacia el ser humano. Además del perro, el conocido roedor picure es otro de los animales que propagan al hombre esta enfermedad.

¿Qué tanto porcentaje de su presupuesto debería dedicar Un gobierno al sector salud en atención a estas enfermedades tropicales?

-Eso varía mucho por los países. Por ejemplo, en naciones pobres como Cuba y Costa Rica, no por ideología, sino como políticas, se destinan bastantes recursos. Costa Rica tiene una política muy buena y es un país pobre. Cuba es un país comunista y también prioriza por la salud. Chile es otro ejemplo claro.

Brasil ha sido un país que se ha preocupado por la investigación de enfermedades tropicales, pero no es un ejemplo para la salud pública. No obstante, en materia de investigación de enfermedades tropicales ha habido importantes adelantos.

Incidencia de la leishmaniasis visceral urbana en Valencia

En Brasil existen varias universidades que dictan esta carrera y tiene uno de los mejores postgrados en Medicina Tropical. Incluso, ya hay ocho venezolanos que se están preparando en el Instituto Oswaldo Cruz, pues aquí aún no hay postgrados ni maestrías en dicha especialidad.

Rodrigues Coura es asesor internacional del Centro de Investigaciones Tropicales de la UC (CIET), ubicado en San Carlos, estado Cojedes, el cual es dependiente de la Universidad de Carabobo desde hace cinco años.

El CIET está manejando líneas de investigación en leishmaniasis, enfermedades nutricionales, entre otras.

El área de influencia del centro se ubica en los llanos de Portuguesa, Barinas y Guárico.

Según los estudios del CIET, en el estado Carabobo en el año ‘92 se obtuvo el primer reporte de leishmaniasis visceral urbana, en Valencia. Es algo importante, porque no es sólo en Venezuela, sino en Latinoamérica y concretamente en Brasil, que ha habido reportes de casos urbanos; es una enfermedad que anteriormente era rural, lo cual agrava el problema, porque es mortal y ataca principalmente a los niños.

Hasta esta fecha hay documentados 14 casos de leishmaniasis visceral en Valencia. El primero se registró en el año 1989 y fue publicado en el ‘92. Ésta es una enfermedad que resurge de otra manera, transmitida por un vector.

El caso de la transferencia rural a urbana se ha debido a que los perros domésticos son reservorios importantes, y las personas que viven en la periferia se trasladan a las zonas urbanas. El reservorio silvestre es también otro factor, porque los insectos pasan el parásito a los perros, que son vehículos domésticos hasta llegar a los seres humanos.