La campaña publicitaria de la Medicina Sistémica ha sido fuertemente cuestionada por influyentes sectores de la sociedad. Algunos de manera inocente, otros no tanto. El origen de las críticas son sectores que responden a los intereses de grandes laboratorios y ven en la sistémica un peligro potencial a su jugoso negocio.
Llama la atención que quienes acusan a la sistémica de realizar una gran campaña ‘inescrupulosa’ e incluso fraudulenta, se hagan la vista gorda en relación a temas de verdadero peligro para la salud de nuestro pueblo. Lo cual definitivamente les descalifica como líderes de opinión confiables. Si están tan consternados por la salud de los venezolanos, entonces, dónde está su grito de alarma en torno a los hechos que a continuación señalo.
1) La ‘cocaína’ pediátrica -metilfenidato- prescrita libre y masivamente a niños ‘hiperquinéticos’ en Venezuela.
2) Decenas de medicamentos prohibidos en otros países del mundo que se comercializan libremente en Venezuela.
3) Medicamentos de alta peligrosidad, tales como lo son la mayoría de los AINES –anti inflamatorios no esteroideos- que han demostrado en su mayoría ser altamente inductores del riesgo de infarto al miocardio, según estudios realizados en el 2004 por la FDA norteamericana, en donde se comprobó la muerte de numerosas personas.
4) Las súper campañas de la industria licorera venezolana a nuestra juventud, vendiendo la falsa idea de que el alcohol equivale a sexo, pasión y bienestar.
5) Mortalidad del 20% en hospitales como consecuencia de medicamentos iatrogénicos.
6) El hecho confirmado por el “National Cancer Institute ” de los EEU, de que la mortalidad por cáncer hoy, es casi idéntica a la que existía en los años cincuenta -193 muertos por cada 100.000 habitantes-, lo cual indicaría que de nada sirve, pues el paciente que no muere de cáncer muere por la secuela de la quimioterapia; se trata por cierto de una muerte horrible.
El metilfenidato constituye la última moda en relación a los niños de la ‘high’. Si tu hijo no toma metilfenidato no está en nada. Somos el territorio de ‘dumping’ de decenas de medicamentos prohibidos en el mundo. A pesar de las graves advertencias contra los AINES, en nuestro país se siguen vendiendo como empanadas. Existe un verdadero lavado cerebral a nuestra juventud con la asociación de alcohol, bienestar y sexo, ¿No es esto publicidad engañosa? Las muertes por medicamentos en los hospitales son ‘normales’, pues nos han acondicionado para que esto sea así. ¿Quien cuestiona el uso y efectividad de la quimioterapia?, la cual se ha convertido en uno de los mayores negocios del mundo, superado únicamente por las ventas de antidepresivos y cocaína.
¿Cómo quedan esos puristas que califican de inescrupulosa a la campaña de la sistémica, antes los notorios hechos destacados, que además son parte integral de la vida del venezolano? No por el hecho de que a mi me agrade una cerveza o un ‘whisky’ voy a hacerme la vista gorda ante la desmesurada campaña para asociar alcohol y sexo, que existe en Venezuela. Seamos honestos no falsamente moralistas.
Quienes critican la ‘excesiva’ campaña publicitaria de la sistémica nada dicen en relación a la mega campaña nacional e internacional que induce a las personas a la adicción de drogas sintéticas de alta peligrosidad. De hecho, por cada comercial de sistémica hay un bombardeo de sintéticos en las televisoras y radios nacionales, además con grandes engaños. O acaso es ético promocionar abiertamente que se puede incurrir en abusos, tales como ingerir un cochinito, debido a que hay una pastillita ‘milagrosa’ que te quitará la acidez. ¿Y de la secuela qué? Para colmo, a este grupo de medicamentos, algunos de los cuales son muy dañinos, se les ha etiquetado de ‘ÉTICOS’, en oposición a su acción verdadera, para intentar enterrar la culpa de quienes promocionan su uso. Pues bien, ‘dime de que presumes y te diré de que careces’.
Cómo pueden los ‘puritanos’ de la sociedad venezolana hacerse la vista gorda ante la cocaína pediátrica, prescrita a miles de inocentes niños venezolanos, siguiendo el terrible ejemplo de la sociedad norteamericana, la cual cayó ante la vil tramoya de su propia industria farmacéutica, quien en los años 50 sembró el germen de destrucción de esa y futuras generaciones de niños. Si no me creen, pregúntenle al ejército norteamericano por qué automáticamente excluye de su seno a esas personas que cuando niños estuvieron bajo el vil tratamiento del ‘metilfenidato’. La razón: la grave secuela mental que deja esta droga, la cual es bien conocida por los especialistas del ejército de ese país. También pueden preguntar a la DEA norteamericana, en cuyo web site actualmente existe abundante información acerca de los estragos de esta ‘cocaína’ y su relación como inductora de nuevas generaciones consumidoras de drogas pesadas en el mundo, legales e ilegales.
La enfermedad inventada que hoy se denomina ‘déficit de atención e híperactividad’ fue fabricada como parte de una campaña de ‘marketing’ con el objeto de comercializar el metilfenidato. Esta campaña ha sido una de las más exitosas de la industria farmacéutica y a la vez se ha constituido en el fraude del siglo. Su objeto principal fue extender el mercado de las drogas psicotrópicas a los niños. Éste ha sido uno de los actos más monstruosos en la historia de la humanidad; acto que en una generación destruyó a la pujante sociedad norteamericana de los sesenta, cuyos vestigios ahora todavía percibimos en la imagen de una potencia de otrora. En contraposición, tenemos pueblos como el Chino y Ruso, que le cerraron las puertas al uso masivo de medicamentos psiquiátricos en su seno y quienes a pesar del terrible comunismo que les consumió, nunca permitieron que sus nuevas generaciones fuesen destruidas por el germen de las drogas psicotrópicas, sembradas por la industria farmacéutica internacional y auspiciada por criminales que infiltraron la psiquiatría mundial. Pregúntenle a un chino de China, si sabe lo que es la depresión o si en su cultura se diagnostican niños hipercinéticos. Se reirá, dirá que se trata de un invento de occidente.
A los hechos me remito, mientras los norteamericanos luchan desesperadamente por mantener la hegemonía mundial, otros pueblos, cuyas futuras generaciones no han sido contaminadas por el Ébola de una medicina psicotrópica, prosperan.
Por cierto, ahora no me vengan a acusar de comunista, soy evolucionista, no ‘revolucionista’.
Ing. José Olalde
Fundador de La Medicina Sistémica
Fecha de publicación:30/08./05
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