Muchas reacciones bioquímicas ocurren cada vez que comemos, no dependiendo de cuantas calorías consumimos sino de la categoría de alimento que sea ingerida: proteínas, grasas o carbohidratos
Todo lo que hacemos en la vida activa una respuesta hormonal: enamorarse sube la dopamina, tener un orgasmo la oxitocina, asustarse la adrenalina, el ejercicio las endorfinas, los carbohidratos la insulina y las proteínas el Glucagon
Engordar o adelgazar? Ese será el resultado del cambio hormonal accionado por el tipo de alimento, la hora del día y el tamaño de la comida
El Glucagon es la hormona que se estimula con las comidas que incluyan primordialmente las Proteínas. Esta hormona produce que la grasa acumulada en el cuerpo se transforme en combustible energético mediante un proceso llamado lipólisis, además produce que el azúcar ingrese a los músculos en vez de dirigirse a la grasa.
Por eso esta hormona ayuda a adelgazar al disminuir el almacenamiento de grasa y aumentar la sensación de energía mientras produce saciedad por mucho tiempo al elevar los transportadores de energía que viajan por nuestro cuerpo.
En cambio, cuando se comen demasiados azúcares se frena la producción de Glucagon y se eleva la hormona Insulina que tiene los efectos opuestos. Estimula a las células de grasa, especialmente del abdomen, a capturar y guardar la energía que viaja en la sangre. Los obesos tienden a presentar la insulina más alta lo que promueve la generación de grasa. Simultáneamente, la Serotonina cerebral disminuye cuando la insulina permanece elevada por mucho tiempo produciendo los ataques de ansiedad por carbohidratos.
Aunque es cierto que todos los carbohidratos tienden a estimular la insulina, hay unos peores que otros: el pan y la papa producen un aumento mucho mayor de esta hormona engordadora que el chocolate o la pasta
También es cierto que existen proteínas de diferente calidad para producir incrementos del Glucagon -la hormona adelgazante-. Mientras la proteína derivada de los granos es de las más pobres, la proteína derivada de la clara de huevo produce un aumento formidable y sostenido del Glucagon, provocando un ambiente hormonal propicio para quemar la grasa hasta transformarla en energía para el resto del cuerpo, además por su lenta absorción evita la ansiedad que sabotea las dietas por más tiempo. A la vez, contiene antioxidantes naturales como la luteína que cuida las arterias y las venas.
Lograr un ambiente hormonal donde el Glucagon permanezca elevado y la insulina más baja es lo que muchos llaman: Metabolismo Acelerado. En este estado se logra que la comida se transforme en energía para los órganos del cuerpo, en vez de ser almacenada en forma de grasa, que es lo que ocurre en las personas de metabolismo lento donde prevalece la insulina sobre el Glucagon. También, al adelgazar con el consumo de proteínas que aceleran el metabolismo se evita las complicaciones cosméticas de la insulina: acne, aumento del vello, caída del cabello y cabello de raíz grasa.
Otro determinante del balance hormonal Insulina-Glucagon es la hora del día en que ocurre la ingestión de alimentos. El desacierto nutricional de consumir carbohidratos nocturnos provoca el típico resultado engordador de la Insulina: recolección de grasa y disminución en la producción de energía. Lógicamente, para adelgazar, Proteínas matutinas es un triunfo nutricional porque eleva el Glucagon y debido a que la estimulación del metabolismo debe coincidir con el momento de gastar energía es correcto practicar: abundantes proteínas con el desayuno. La acción del Glucagon en el desayuno induce que los alimentos sean el combustible para vivir en vez de ser almacenados en forma de grasa.
Dr. Salomón Jakubowicz