Aquellos que llevan una dieta baja en carbohidratos podrán perder peso. Sin embargo, aquellos que se centran en la reducción del consumo de grasas bajarán su peso y además serán más felices. Sí, es una afirmación que resulta un poco extraña pero parece ser el resultado de una nueva investigación.
Estudios a corto plazo han descubierto que las dietas bajas en carbohidrados (pan, pasta, arroz) pueden tener efectos positivos y negativos sobre nuestra mente y sobre nuestro humor. Sin embargo, poco se sabe acerca de cómo la dieta afecta nuestro estado de ánimo a largo plazo.
La Commonwealth Scientific and Industrial Research Association en Adelaida, Australia, estudió a 106 personas con sobrepeso. Algunas llevaban una dieta baja en grasas y otros baja en carbohidratos. Ocho semanas después de haber comenzado con una dieta reducida en calorías se sintieron más felices que antes de comenzarla (sin importar si habían reducido su consumo de carbohidratos o de grasas).
Un año después los estudiaron nuevamente. Descubrieron que la mejora del estado de ánimo persistió sólo en aquel grupo que disminuyó su consumo de grasas. Los que llevaron la dieta baja en carbohidratos empeoraron su estado de ánimo con el tiempo (de todas formas en la mayoría de los casos aún estaban en una mejor situación que antes de comenzar la dieta).
Más allá de elegir una dieta baja en grasas o baja en carbohidratos a la hora de adelgazar es importante saber que, según estas investigaciones, nos sentiremos mejor que antes de haberlas empezado. ¿O no?
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