viernes, enero 01, 2010

Consejos para combatir la angustia oral



¿Tienes hambre al poco tiempo después de comer? ¿Estás deprimida? ¿Comes sin darte cuenta? ¿No sabes poner límite a tus ingestiones? Tal vez entonces tu problema no esté en el estómago, sino que en la cabeza. Se le llama popularmente angustia oral, y tiene que ver directamente con tus emociones.

Algunas personas que padecen de estrés o depresión sienten que la única manera de deshacerse de ellas es a través de la alimentación excesiva. Allí es cuando las dietas se desvirtúan y se pierde todo control sobre la alimentación. Pero no te preocupes, cuentas con varias estrategias para prevenirla.

En primer lugar debes aprender a reconocer tu hambre. Tener ganas de comer no es lo mismo que tener apetito, y mucho menos que tener hambre. Ranquea tu hambre en una escala del 1 al 5, y procura comer sólo cuando estés en los grados cuatro y cinco.

Llevar un diario de alimentación es una buena idea para saber qué es lo que has comido. Los beneficios de esto son obvios, pues con un diario bien llevado puedes tener un buen pantallazo de lo que debes comer y lo que no en función de lo que ya has comido durante el día.

También puedes encontrar algunas alternativas a la alimentación. ¿Qué actividades te satisfacen en igual medida? Bien, llévalas a cabo en lugar de comerte esa porción de torta que tienes almacenada en la nevera esperando a tu tentación.

Finalmente, recomendamos que te ejercites regularmente, pues el ejercicio diario te ayuda a eliminar el estrés y brindarte la mentalidad adecuada para encarar tus problemas con entereza.


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