La luz del sol es vital para la vida en nuestro planeta. Todos los seres vivos se benefician de sus bondades. En el caso de los seres humanos, revitaliza y da energía en ciertas dosis, pero también puede hacer daño cuando estas dosis aumentan, por lo que debemos buscar cierto balance.
Hay quienes piensan que la luz del sol es mala y que siempre hay que utilizar cantidades muy grandes de protector solar, pero esto realmente no es así, ya que si utilizamos maneras naturales de protegernos no estaremos prohibiendo la llegada del sol a nuestra piel.
La luz solar tiene una propiedad única, la Vitamina D, la cual en insuficiencia puede causar cáncer de próstata, fatiga, osteoporosis y depresión. El problema con esta cuestión es que el remedio de los doctores para la deficiencia de Vitamina D son suplementos que contienen D2, la cual no es eficiente para nuestros organismos, ya que no podemos procesarla. La única manera de realmente revertir la falta de esta Vitamina, es la exposición al sol.
Otra ventaja que tiene la Vitamina D es que es soluble en grasa, por lo cual podemos aprovecharla en cualquier momento que nuestro organismo lo necesite. Se ha comprobado fehacientemente que la exposición a la luz solar trae aparejados muchísimos beneficios, al contrario de lo que se dice popularmente, como por ejemplo que está directamente relacionado con el cáncer de piel.
Digamos, la exposición prolongada en horarios de riesgo sin ningún tipo de protección puede traer problemas, pero se ha llegado a creer que cualquier tipo de exposición a la luz solar puede ser problemática; cuando el verdadero problema es la falta de sol. Por ejemplo, para dar una pauta de sus beneficios, se ha comprobado en ratas que altas dosis de Vitamina D reduce el cáncer de mama.
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