
En los tiempos que corren, es fundamental proteger la retina ocular de unos feroces enemigos: los radicales libres, esas moléculas oxidadas que deterioran las células y tejidos del organismo, causando enfermedades degenerativas y hasta cáncer. Veamos, entonces, qué se puede hacer en defensa de la retina.
Los rayos ultravioleta procedentes del sol son la principal fuente de radicales libres que agrede a los ojos. Y para combatir radicales libres, nada mejor que antioxidantes. Y para proteger la retina, hay algunos especiales:
–La vitamina C, presente en las células de la retina, protege del daño que causan los radicales libres generados por la radiación ultravioleta, el tabaco y la contaminación química. Se encuentra en frutas, especialmente kiwis y cítricos, y hortalizas frescas.
–La vitamina E evita la degradación de las grasas y está presente en el germen de trigo, los frutos secos oleaginosos y la palta.
–El betacaroteno, que se transforma en vitamina A, se encuentra en zanahorias, mangos, naranjas, boniatos, calabazas y en todos los vegetales color naranja.
–Los carotenoides, pigmentos vegetales que son potentes antioxidantes, pueden encontrarse en la espinaca, acelga, maíz, lechuga y coles verdes.
–Los flavonoides, pigmentos vegetales –los más activos son los de color rojo o azul—que pueden frenar la degeneración macular y mejorar la sensibilidad de la retina. Se hallan en los arándanos, frutillas, uvas negras, granadas, moras y aceitunas negras.
–Minerales tales como el cinc, cobre, magnesio y selenio, son necesarios para que actúen las enzimas antioxidantes. Están presentes en los frutos secos y las legumbres.
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