Mientras te mantengas activo te sentirás con más energía para aprovecharla en lo que más te gusta. Además, dormirás mejor, manejarás mejor el estrés y disminuirás el riesgo de contraer enfermedades. No creas que este estilo de vida saludable debe ser costoso: puedes mantenerte en forma sin tener que gastar dinero. Veamos cómo.
En primer lugar debes recordar trabajar la flexibilidad y la fuerza muscular. Estira los principales grupos de músculos. Esto incluye los brazos, la espalda, las caderas y las pantorrillas. Para ejercitar tus músculos haz tareas en tu hogar. También puedes intentar levantar pesas.
También debes realizar ejercicio aeróbico. Lo recomendable es realizar una actividad moderada al menos 2 horas y media a la semana. Puedes salir a caminar, andar en bicicleta o realizar cualquier actividad que implique un aumento de tu ritmo cardíaco. Estas actividades no tienen ningún costo: ir y volver al trabajo caminando, cortar el césped del jardín, aspirar, barrer, bailar, jugar activamente con tus hijos o sacar a pasear al perro.
En el trabajo también puedes ejercitarte. Utiliza el viaje hacia el trabajo como una caminata extra. Si tienes auto puedes estacionar un par de cuadras antes o bajarte un par de paradas antes del autobús. También puedes utilizar las escaleras en vez del ascensor. Opta por realizar las máximas distancias posibles. Por ejemplo, ve a servirte café a otro piso (ve por las escaleras) o utiliza el baño que está más lejos de tu oficina.
Si necesitas hablar con un colega ve hasta él en vez de utilizar un email o una llamada telefónica. Utiliza tu hora de almuerzo para salir. Puedes tomar una caminata o dar una vuelta en bicicleta. ¡De todas formas nunca te saltees el almuerzo!
Estas son algunos pequeños cambios que te permitirán mantenerte activo de la manera más económica.
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