
Quienes tenemos un trabajo de oficina sabemos que todos los días debemos almorzar allí, pues si no almorzamos corre en riesgo nuestra salud; no podemos exigir a nuestro organismo seguir concentrado en el trabajo si no ingerimos alimentos. Además, este espacio sirve para despejarnos un rato y retomar nuestras actividades un poco más “frescos”.
Pero, ¿cómo afrontar el gasto de tener que pedir la comida o salir a comer a algún restaurante cerca de la oficina? Además, ¿conviene perder tiempo en estas cuestiones? Pero, si no salgo a comer, ¿verdaderamente me despejo quedándome dentro de la oficina? Analizamos las respuestas a continuación.
En realidad, si llevamos el almuerzo desde nuestra casa evitamos largas esperas en el buffet, embotellamientos en el tráfico camino a un restaurant, o también tener que esperar que nos traigan el almuerzo si lo encargamos. Traernos el almuerzo preparado hace que comamos menos apurados y más tranquilos. Por otro lado, recordemos que comer afuera tiene un costo mayor, dependiendo de la opción que elijamos será más o menos económico.
A veces deseamos disfrutar diferentes platos que no podemos llevar desde nuestro hogar, y no siempre tenemos tiempo para prepararnos algo que nos guste. Además, al salir a almorzar fuera de la oficina, en especial si lo hacemos con nuestros compañeros, nos permite despejarnos, relajarnos, y pasar un momento agradable. En cambio, cuando llevamos el almuerzo desde casa ahorramos mucho dinero, esa es la ventaja principal. Y perdemos tiempo, como dijimos anteriormente.
Al preparar nuestra comida la noche anterior también podemos cuidar nuestra salud, ya que estaremos ingiriendo comida casera y mucho más sana que las que podemos comer al salir a comer afuera o en el buffet de la empresa. Como verán, ambas opciones tienen ventajas y desventajas.
¿Mi consejo? Tres o cuatro días a la semana llevamos el almuerzo, ahorramos dinero y almorzamos tranquilos. Y un día a la semana quedamos con nuestros compañeros para comer afuera, nos damos un gusto y pasamos un lindo momento. Creo que equilibrar es la mejor forma para comer sano y barato, pero a la vez permitirnos un momento de disfrute y distensión.
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