Anteriormente se creía que la obesidad era la que conducía a la baja autoestima. Sin embargo, una reciente investigación del King´s College de Londres demostró que esto no es así. De hecho, el proceso funciona al revés: las personas con baja autoestima suelen tener más probabilidades de volverse gordas.
La investigación, que involucró a 6500 personas en los años 70, demostró que los niños de 10 años que mostraban una baja autoestima tendía a ser más gordos siendo adultos. Este tendencia, según el artículo publicado en la revista BMC Medicine, se ve fortalecida en el caso de las niñas.
Lo novedoso es que se ha demostrado que la obesidad no es solamente un trastorno médico- metabólico. Los problemas emocionales son un factor de riesgo. Aquellos niños con una baja autoestima, que sentían que tenían menos control sobre sus vidas y vivían más preocupados mostraron más probabilidades de aumentar de peso en los siguientes 20 años.
Según los expertos este estudio pone de manifiesto la importancia de un tratamiento temprano para combatir la obesidad. Aquellos que sufren baja autoestima, ansiedad y otros problemas emocionales deben ser ayudados para así mejorar sus posibilidades de una buena salud física a largo plazo.
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