En este mundo lleno de contradicciones sabemos que hay personas que mueren desnutridas, y otras que jamás han sentido hambre. La mayoría de nosotros comemos seguido para evitar sentir hambre, aunque en realidad el hecho de sentir hambre (cuando no es una situación extrema) es algo bueno. Le hace sentir a tu cuerpo la cantidad de calorías que necesita para que tu salud esté perfecta, y mantengas el peso ideal.
Sentir hambre verdaderamente indica que es tiempo de comer nuevamente, pero en vez de sentir hambre verdadera muchas personas sentimos hambre tóxica. Una serie de síntomas que erróneamente se confunden con hambre. Sentimos hambre tóxica cuando percibimos los síntomas que se manifiestan cuando nuestro cuerpo se moviliza para eliminar restos tóxicos.
Cuando nuestra dieta es baja en nutrientes construimos desperdicios intra-celulares, entonces cuando la digestión se detiene, nuestro cuerpo entra en un período de “limpieza”. Lo que significa que nuestros tejidos liberan en nuestro aparato circulatorio sustancias tóxicas que deben removerse. Estos “síntomas de desintoxicación” se dan una vez digeridas las comidas, cuando el aparato digestivo queda vacío. Es ahí cuando comenzamos a sentirnos débiles y creemos que estamos sintiendo hambre verdadera.
La mayoría de las personas se sorprenden cuando sienten hambre de verdad. Inclusive varios de nosotros (entre los que me incluyo) no sabemos que la sensación de hambre no se percibe en la cabeza o el estómago (que son los lugares que generalmente nos duelen cuando sentimos “hambre tóxica”), sino en la garganta. Aprender a identificar y diferenciar el hambre tóxica de la verdadera hambre hace que comer se transforme en una actividad más placentera y que podamos mantener nuestro peso sin tener que recurrir a ninguna dieta estricta.
El hecho de comer todo el tiempo para evitar la verdadera sensación de hambre, es uno de los factores que genera el sobrepeso en nuestras sociedades actuales. Comemos malos alimentos y al instante estamos sintiendo hambre nuevamente, por lo que volvemos a comer comidas inadecuadas otra vez.
Pero claro, la idea es que no tengas que sentir hambre para poder mantener tu peso ideal, lo mejor es que sigas una dieta rica en nutrientes, vegetales y frutas. De este modo estarás cubriendo las necesidades nutritivas de tu cuerpo y esto reducirá lo que se llama hambre tóxica.
Hay una serie de alimentos que puedes incorporar a tu dieta para eliminar el hambre tóxica y la sobre alimentación: frutillas, moras, sésamo, aceite de girasol. Espinacas, tomates, zanahorias, brócoli y espárragos, entre otros.
Sumar estos alimentos a tu plan de comidas habitual te ayudará a sentirte más sano y evitar el hambre tóxica, que es lo que te hace comer de más y mal.
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