
¿Has celado alguna vez? ¿Sabes de alguien que te tiene envidia? En VivirSalud te contamos todo sobre los celos y la envidia, desde por qué no son lo mismo, hasta qué las produce y qué significan, porque el primer paso para superar tamaños sentimientos, es saber de dónde vienen.
Envidia y celos: las diferencias
Muchas personas tienden a confundir los términos celos y envidia, pero no son lo mismo. Reconocer sus particularidades es importante para tratar de combatir estos sentimientos tan agotadores y contaminantes para nuestra salud emocional y mental.En este sentido, según el filósofo John Rawls, la base de la diferencia radica entre la posesión y el deseo de poseer. Así, mientras que se envidia un objeto que se desea conseguir, los celos implican un fervoroso deseo de conservar lo que uno ya tiene. Es importante aclarar que el objeto de deseo no siempre es un cosa; puede ser un sentimiento, una persona, una ambición, etc.

Otra teoría psicológica considera a la envidia como un mecanismo de
defensa que nosotros mismos armamos para mantenernos seguros del mundo
exterior. Parece una gran paradoja, ¿no? Pues la envidia es considerada
uno de los sentimientos más contaminantes y destructivos.
Los celos, en cambio, son más comúnes y están vinculados a
sentimientos de ansiedad y de pensamientos negativos. Son una especie de
obsesión hacia un tema en particular, muchas veces ligado al amor. Los
celos excesivos culminan en relaciones improductivas y de pobreza
comunicacional.
La envidia y los celos hacen mal a la salud
Cuando se está invadido por el sentimiento de envidia se pueden
cometer actos maliciosos, como tratar de hacer sentir mal al que se
envidia, manchar su reputación con mentiras y agravios, desear el
fracaso de otros por encima de todo. El acoso, la discriminación y el
racismo también tienen raíces de envidia.

Los celosos, por su parte, generan discusiones y conflictos donde no
los hay, tienden a distorsionar la realidad con pensamientos ilusorios y
entorpecen todo tipo de relación sana al trata de manejar situaciones
bajo un instinto controlador cuyo resultado siempre es negativo.
Las personas que padecen de celos o envidia frecuente son más amargadas, poco felices y, muchas veces, sufren problemas de ansiedad o depresión.
Es importante que si padeces de celos descontrolados o tiendes a sentir
envidia, hagas algún tipo de terapia. Los especialistas aclaran que
nadie nace celoso o envidioso y que nadie que padece de estos
sentimientos negativos está orgulloso de ello.
Te aconsejo que leas también sobre otros sentimientos que hacen mal a la salud.
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