La piel es importante. Nuestros pies son importantes. Y por tanto y en consecuencia: todo aquello que cubre nuestra piel y nuestros pies es importante.
Nuestra piel es un órgano formidable. Es capaz de absorber sustancias nutritivas, transformar la luz del sol en vitamina D, colaborar con el sistema inmunológico y eliminar hasta cinco kilos diarios de gases, líquidos y hasta sólidos.
Por ende, deberíamos pensar bien de bien con qué vamos a cubrirle, es decir, que ropa vamos a usar. Todas las fibras sintéticas como el poliéster, el nylon o la lycra no permiten que nuestra piel respire adecuadamente y por ello debemos evitarlas.
La mejor opción es el algodón. Debemos procurar vestir ropa de algodón holgada, tan a menudo como sea posible. El algodón es un absorbente natural del sudor, las secreciones y todas las lociones aceitosas.
No renieguen del algodón, yo sé que se arruga. ¡Pero vamos!, qué es mejor: ¿tener las arrugas en la ropa o en nuestra piel?
Nuestros pies también son fundamentales. Nuestro cuerpo crea electricidad, si esta no es eliminada en forma adecuada nos provoca nerviosismo, tensión, ansiedad y hasta insomnio.
La mejor forma de eliminar esa electricidad es caminando descalzos. Pero caminar descalzos por todos lados no es posible, así que otra opción es utilizar calzado deportivo adecuado.
Una mala opción para vestir los pies puede causarnos juanetes, dolores en la planta del pie y en el antepié, deformidades en los dedos, callosidades en el dorso de los dedos (los malditos ojos de gallo), Sesamoiditis (o sea inflamación de los huesecillos situados debajo de la cabeza del primer metatarsiano), inflamaciones del tendón de Aquiles y hasta deterioros en la circulación venosa.
Así que no queda otra… la proxima vez que vayamos a la tienda, que no elijan solo los ojos, preguntemos también a la piel y los pies qué les sienta.
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