Hoy en día muchos deseamos (o tenemos) las mejores zapatillas para correr de manera más confortable y con menores riesgos de lesión. Nike es un clásico en este sentido, y desde que diseñó las zapatillas para corredores, sentó una tradición fuertemente inculcada en aquellos que practicamos deportes al aire libre.
Sin embargo, en términos evolutivos estamos diseñados como máquinas capaces de adaptarnos al medioambiente, y cada porción de nuestro cuerpo tiene una función determinada adaptable a otra situación determinada. El diseño de los pies está pensado en función de nuestro bipedismo, y de hecho nuestros ancestros (mucho antes de Nike) corrían sin zapatillas.
Toda esta reflexión explicada aquí por la periodista norteamericana Christopher McDougall me ha hecho cuestionarme bastante qué debería hacer con mis pies, y qué deberíamos hacer en tanto humanos con ellos. Tal vez no sea necesario utilizar estas zapatillas, pues nuestros pies no están evolutivamente adaptados a ellas.
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