La crianza de los niños es una tarea sumamente difícil, y existen muchos obstáculos que los padres deben enfrentar a la hora de cuidar y educar a sus hijos. Uno de estos obstáculos son las rabietas, herramienta que los niños utilizan para tener lo que quieren, y, aunque natural y normal, si se dan de manera recurrente pueden resultar peligrosas.
Es una realidad que muchos niños se agarran rabietas demasiado seguido, y que las consecuencias de esto pueden traducirse en el registro de infrigencia de daño a sí mismos o a otras personas en la conducta de niños que enfrentan este problema.
Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de St. Louis ha mostrado que los niños que padecen problemas de este tipo tienen muchas chances de padecer depresiones recurrentes y angustias.
Si los hijos hacen berrinches de manera muy seguida y se las agarran consigo mismos o con otras personas a tal punto que la situación se vuelve incontrolable, podría ser hora de recurrir a un profesional. Pediatras o psicólogos infantiles son personas indicadas para tratar este tipo de problemas.
Este estudio se basó en los testimonios de padres de 279 niños de entre 3 y 6 años, algunos de ellos habiendo sido previamente diagnosticados con algún tipo de depresión o problemas de conducta. Comparando los resultados, los investigadores concluyeron que la depresión puede aparecer en niños con rabietas recurrentes, es más, los que corren más peligro de padecerla son los niños que se dañan a sí mismos.
Así que si se tiene un hijo que nos hace berrinches a todo momento, más que retarlo debería tratárselo, pues a largo plazo esto puede se terriblemente contraproducente en el crecimiento del niño.
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