El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, conocido como TDAH es un mal que aqueja a un importante número de niños de todo el mundo y de diferentes edades. Éste consiste en la existencia de conductas agresivas, impremeditadas, exceso de actividad y dificultades para la concentración.
El tratamiento del TDAH puede realizarse por dos vías: la primera es a través de las medicaciones; la segunda es a través de la psicoterapia. La comunidad científica, apoyada en estudios que se habían realizado al respecto, proponía que el tratamiento con medicamentos superaba al tratamiento con psicoterapia en cuanto a resultados obtenidos.
Esta suposición se manejaba en el año 1999, cuando todo parecía ir a favor de los medicamentos. Sin embargo, ocho años después de esa fecha, todo parece no haber marchado como se pretendía, y los niños que fueron tratados con medicamentos han mostrado importantes trastornos respecto a su altura y peso, los cuales están adjudicados al tratamiento con estas medicinas.
Estos datos se extraen de un estudio que se realizó con una muestra de seiscientos niños con TDAH, realizándoles un seguimiento de su comportamiento para estudiar en profundidad los efectos del tratamiento con medicamentos.
En base a estos datos parece que la psicoterapia es la mejor opción para llevar a cabo un tratamiento que intente combatir el TDAH. Sin embargo, una mirada tan radical del asunto que eche a la basura a los medicamentos y se ciña únicamente a la psicoterapia para tratar este problema puede pecar de inefectiva.
Según Alexia Ratazzi, psiquiatra infantil del Instituto Argentino de Neurología Cognitiva, el tratamiento únicamente mediante psicoterapia tampoco puede resultar completamente efectivo, puesto que éste puede complementarse con medicamentos.
De este modo tampoco es recomendable un tratamiento que contemple únicamente medicamentos. Es importante complementar los dos tipos de tratamientos, puesto que ambos sirven para casos distintos: la psicoterapia para casos de TDAH leves que permitan un trabajo conjunto con los padres del niño, y los medicamentos para casos de TDAH graves que impliquen la necesidad de ponerle un fin abrupto al trastorno.
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