miércoles, septiembre 01, 2010

Matthieu Ricard: el hombre más feliz del mundo



Los libros de autoayuda nunca me han caído muy bien. Sea por su carácter de “manual” o por su universalismo sinsentido, estos fascículos de la se olvidan de que la verdadera se encuentra en uno mismo, y que es imposible categorizarla en generalidades aptas para todo público dispuesto a leer doscientas o trescientas páginas de mandamientos reduccionistas.

El budismo es una de las escuelas de pensamiento que más ha ahondado en la búsqueda de dentro de nosotros mismos para conseguir una buena , y no en libros de autoayuda ni mandamientos generalizadores insignificantes, y la doctrina que esta filosofía/religión profesa ha tenido una importante difusión en occidente en el pasado siglo, y hasta ahora tiene sus grandes repercusiones.

no ha escapado a este interés por el budismo, y parece que le ha dado notables resultados, a tal punto de ser considerado el hombre más feliz del mundo.

Habiéndose recibido de biólogo molecular, el actual asesor del Dalai Lama decidió dejar de lado su carrera y aspiraciones mundanas para insertarse en uno de los mundos que más verdades contienen, y que rompen de lleno con los cánones de la vida occidental: las filosofías orientales, particularmente el budismo.

ree.JPGEs así como tras una vida de renuncia a lo material y de ensimismación (así lo llamaba Herman Hesse) en su Yo, Ricard ha logrado la sabiduría a través de la paz y el autoconocimiento, dos vías que de seguro pueden llevarnos a la .

Y es esto lo que efectivamente ha comprobado un grupo de científicos de la Universidad de Wisconsin que se planteó estudiar el de Ricard, sometiéndolo a resonancias magnéticas nucleares en sesiones que se han prolongado hasta las tres horas de duración.

Nuestro hemisferio derecho es el encargado de regular las pasiones e impulsos negativos, mientras que el izquierdo es el encargado de controlar los impulsos positivos. El de Ricard ha sido analizado durante años, y su hemisferio izquierdo está notablemente activo en relación con el derecho.

Los científicos se plantearon un rango para medir la en base a los resultados de las resonancias magnéticas, siendo este rango de 0.3 (muy infeliz) hasta -0.3 (muy feliz). Lo sorprendente de Ricard es que logró alcanzar un -0.45, lo cual escapa a los resultados previstos por los científicos, habiendo éstos erradicado las dudas respecto a concebirlo como “el hombre más feliz de la Tierra”.

Este budista francés no plantea que su modo de vida deba ser adoptado por todo el mundo para lograr la . Por el contrario, con mucha razón plantea que la está dentro de nosotros, y que ésta puede aprenderse y entrenarse, sabiendo dónde mirar y hacia dónde dirigirse.

Es este un planteo que tal vez haga derribar muchas de las barreras que nuestro modo de vida material impone, pero que no dejan por esto de ser menos válidos que nuestros ideales convencionales. No olvidemos que hablamos del hombre más feliz del mundo.


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