
¿Estas a punto de atravesar una etapa complicada? ¿Un divorcio? ¿Una mudanza? ¿Un despido inminente? ¡Alto! Aterriza en tierra y ten cuidado. Decisiones de este tipo pueden causarte muchos problemas, y no me refiero sólo a los materiales, sino que a los que puede sufrir tu cerebro.
Nuestro cerebro es un órgano que cuando se agota se vuelve menos efectivo, y que ante situaciones de gran relevancia es importante mantenerlo íntegro y descansado en lugar de sobrecargarlo con exigencias y pensamientos negativos.
La Universidad de California ha estudiado los procesos por los cuales pasa el cerebro ante situaciones complejas, y han llegado a la obvia conclusión de que si no te plantas con los pies en la tierra y te tomas las situaciones adversas con tranquilidad e inteligencia a largo plazo tu cerebro puede comenzar a sentir los efectos de tu estrés.
Por ello, en el momento de tomar una decisión trascendental en tu vida (sea positiva o negativa) no te olvides de relajarte. Tomarte las cosas con calma, meditar, reflexionar en paz y no atosigarte con cuestionamientos y razonamientos intrincados puede ser la clave para resolver la cuestión y salir con tu cerebro intacto.
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