Es cierto que en muchas ocasiones el móvil que lo lleva a uno a plantearse el objetivo de bajar de peso es el espejo, algún pantalón que ya no entra o una barriga flácida y fea de ver. Todos estos móviles son de tipo estético, y esta bien hacerles caso; no obstante, hay otro tipo de impulsos que también deberían servirte de fundamento.
Estos son nada menos que los de tu salud. El sobrepeso y la obesidad no sólo repercuten en tu imagen, sino que lo hacen de forma directa sobre tu salud. Y lo hacen dentro de tres focos importantes, los cuales apuntamos a continuación.
El primero, y probablemente el más importante debido al riesgo que implica es el del riesgo cardiovascular. La salud cardiovascular de una persona con peso normal es incomparablemente más sana que la de una persona con sobrepeso, pues en el caso de la segunda las chances de padecer un ataque cardíaco ascienden a un 75%.
La diabetes, por supuesto que integra el podio. Este problema que afecta de forma directa a tu organismo se encuentra estrechamente vinculado a la obesidad, y debe ser un impulso para que te deshagas de ella.
Finalmente, los trastornos del sueño son otro de los problemas asociados a los kilos de más. A medida que el peso se incrementa, los problemas a la hora de conciliar el sueño son mayores, y además una vez durmiendo la calidad del sueño es infinitamente menor, con ronquidos y apnea del sueño como elementos redundantes.
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