
¿Te cuesta conciliar el sueño? ¿Te levantas y te parece que no has dormido nada? Pues bien, si es así, es hora de mejorar los hábitos de sueño para descansar como tu cuerpo lo necesita. Hay muchos factores que inciden en la calidad de un buen descanso que van más allá de la cantidad de horas que dormimos: hay que tener en cuenta cómo nos vamos a dormir, qué hacemos antes de dormir, qué hicimos durante el día y hasta la manera cómo nos levantamos ese día.
En VivirSalud recopilamos algunos consejos que te ayudarán a conciliar el sueño rápidamente y a dormir mejor cada noche. Recuerda que dormir es una necesidad vital fundamental.
Cómo regular hábitos de sueño
Que dormir sea una prioridad
 Si  en nuestra lista de prioridades dormir no se encuentra entre los  primeros lugares es lógico que, en consecuencia, no descansemos lo  suficiente. Ok, sí, el trabajo, hacernos un tiempo para el ejercicio,  atender a los hijos es muy importante, pero... ¿Acaso puedes rendir en  todo ello si no duermes bien?
Si  en nuestra lista de prioridades dormir no se encuentra entre los  primeros lugares es lógico que, en consecuencia, no descansemos lo  suficiente. Ok, sí, el trabajo, hacernos un tiempo para el ejercicio,  atender a los hijos es muy importante, pero... ¿Acaso puedes rendir en  todo ello si no duermes bien?
Una noche de mal sueño puede afectar gravemente todas tus actividades, desde tu alimentación (cuando no dormimos bien solemos abusar del consumo de alimentos calóricos que nos den la energía que nos falta) hasta tu concentración en el trabajo y al momento de conducir.
Haz que dormir sea una prioridad para ti: procura dormir profundamente las 8 horas diarias recomendadas e intenta ir a la cama siempre a la misma hora para acostumbrar tu reloj biológico. La próxima vez que te enganches con una película en televisión a la medianoche, por ejemplo, haz el esfuero de no mirarla, pues estarás sacrificando horas de descanso.
La misma hora de acostarse
 Como  te decía en el consejo anterior, fijar una misma hora para acostarnos  todos los días es una buena estrategia para acostumbrar nuestro cuerpo a  hábitos de sueño saludables y estables. Es que cuando  nos vamos a dormir a horas diferentes nuestro organismo se “marea” y se  le hace imposible acostumbrarse a un patrón de sueño. Una vez que te  hayas acostumbrado a dormirte a la misma hora  todos los días, tus ojos  prácticamente empezarrán a cerrarse solitos en ese momento.
Como  te decía en el consejo anterior, fijar una misma hora para acostarnos  todos los días es una buena estrategia para acostumbrar nuestro cuerpo a  hábitos de sueño saludables y estables. Es que cuando  nos vamos a dormir a horas diferentes nuestro organismo se “marea” y se  le hace imposible acostumbrarse a un patrón de sueño. Una vez que te  hayas acostumbrado a dormirte a la misma hora  todos los días, tus ojos  prácticamente empezarrán a cerrarse solitos en ese momento.
Incorpora una rutina
 Haz  que el momento de ir a la cama sea un ritual. Por ejemplo, toma un baño  caliente para ir relajando tu cuerpo, bebe una taza de té y llévate un  libro a la cama. Con la práctica, esta rutina enseñará al organismo que  estás próximo al momento de dormir y se preparará para ello, haciéndote conciliar el sueño mucho más rápido: te hace llegar a la cama con más sueño, en vez de estar media hora dando vueltas y vueltas esperando para dormir.
Haz  que el momento de ir a la cama sea un ritual. Por ejemplo, toma un baño  caliente para ir relajando tu cuerpo, bebe una taza de té y llévate un  libro a la cama. Con la práctica, esta rutina enseñará al organismo que  estás próximo al momento de dormir y se preparará para ello, haciéndote conciliar el sueño mucho más rápido: te hace llegar a la cama con más sueño, en vez de estar media hora dando vueltas y vueltas esperando para dormir.
Piensa en tus hábitos diarios
 Si has dormido bien una noche, pero a la noche siguiente te costó conciliar el sueño y descansar correctamente,  entonces hubo algo en tu día que alteró tu descanso. ¿Has hecho una  sesión intensa de ejercicios inmediatamente antes de acostarte? ¿Has  bebido mucho café durante el día? ¿No has comido lo suficiente? Revisa  todas las actividades que has tenido, piensa si alguna de ellas es la  culpable de no haber podido dormir el día anterior y cámbialas en  consecuencia. Quizás allí encuentres las causas del insomnio.
Si has dormido bien una noche, pero a la noche siguiente te costó conciliar el sueño y descansar correctamente,  entonces hubo algo en tu día que alteró tu descanso. ¿Has hecho una  sesión intensa de ejercicios inmediatamente antes de acostarte? ¿Has  bebido mucho café durante el día? ¿No has comido lo suficiente? Revisa  todas las actividades que has tenido, piensa si alguna de ellas es la  culpable de no haber podido dormir el día anterior y cámbialas en  consecuencia. Quizás allí encuentres las causas del insomnio.
¡Hazle caso a la alarma!
 ¡Qué  irritante es sentir la alarma del despertador a la mañana! Y, como  queremos seguir durmiendo, solemos aplazarla para que suene minutos más  tarde. Pero, ¿sabías que esto no ayuda? Una vez que suena la alarma y la  aplazamos, quizás podamos dormir un par de minutos más, pero ese  descanso a contrarreloj no es un descanso de calidad.
¡Qué  irritante es sentir la alarma del despertador a la mañana! Y, como  queremos seguir durmiendo, solemos aplazarla para que suene minutos más  tarde. Pero, ¿sabías que esto no ayuda? Una vez que suena la alarma y la  aplazamos, quizás podamos dormir un par de minutos más, pero ese  descanso a contrarreloj no es un descanso de calidad.
En resumen, dormir ese par de minutos más no aporta nada en tu calidad de sueño y, por si fuera poco, nos da malhumor y más pereza a la hora de levantarnos. Lo ideal es levantarse en el primer sonido o bien tener despertadores más “naturales” como aquellos que disparan luz en vez de ruido o una alarma de vibración.
Ahora que sabes estos tips para mejorar la calidad del sueño, ¡ponlos en práctica! Así podrás dormir mucho mejor y contarás con más energía durante el día.


 
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