En plena euforia por el estreno de Alice in Wonderland de Tim Burton, cada vez son más las personas que van entusiasmadas al cine en busca de las modernas películas en tercera dimensión. Pero, según los especialistas, un hábito tan común e ingenuo como colocarse las gafas especiales y ver un film bajo la tecnología 3D puede llegar a causar problemas de salud.
No es una crítica a las películas sino un hecho: los espectadores tienen probabilidades de regresar a sus hogares con dolor de cabeza, mareos y visión borrosa. Más aún si sufren de algun problema en sus ojos, como miopías, hipermetropía o el ojo perezoso.
La causa está en que la tecnología 3D altera nuestra percepción de la profundidad y produce un fenómeno conocido como la fatiga de la visión. Si bien los seres humanos naturalmente vemos en tercera dimensión, las imágenes exageradas de las películas podrían causar tensión, pues debemos hacer un constante esfuerzo para ajustar la vista en imágenes que se encuentran cerca y lejos al mismo tiempo.
El Dr. Lawrence Tychsen, oftalmólogo jefe de St. Louis Children Hospital, estima que hasta el 20% de la población, entre ellos niños y adultos, podría sufrir estas complicaciones. Además, agrega que la tensión en la vista recién aparece cuando estamos varias horas frente a las imágenes en 3D.
De cualquier modo, cada persona es única y lo experimentará de diferente manera.
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