miércoles, febrero 04, 2009

Té Verde. Rico para la piel



El estudio al que hacemos referencia, realizado por los investigadores del Medical College of Georgia (MCG) y dirigido por el Dr. Stephen Hsu (biólogo bucal de la Escuela de Odontología del MCG), ha sido publicado el 18 de agosto de este año en la revista Experimental Dermatology. La investigación buscaba estudiar un modelo animal de inflamatorias de la piel, que suelen causar generalmente brotes escamosos, tonalidades rojizas y resequedad. Sus observaciones comprobaron que los animales tratados con té verde, mostraban un crecimiento más lento de células epiteliales y la presencia de un gen muy particular, encargado de regular los ciclos de vida de las células.

El té verde, ya conocido y comprobado en anteriores como un reconocido anti-inflamatorio, ayuda a mejorar estas de la piel pues regula la expresión de la Caspasa-14, una proteína presente en aquellos genes encargados de regular el ciclo de vida de las células epiteliales.

Aquellos modelos animales tratados con té verde durante la investigación, mostraron resultados muy positivos. Por ejemplo, niveles inferiores del antígeno nuclear de células proliferantes (PCNA), un gen que se genera cuando las células epiteliales comienzan a multiplicarse.

Tal cómo manifestó el Dr. Hsu, “antes del tratamiento, el antígeno PCNA estaba presente en todas las capas de la piel”. Pero con el tratamiento de té verde, los modelos animales mostraron unos niveles de PCNA casi normales y sólo en la capa más interna.

La gran importancia de este estudio radica en que algunos de los tratamientos actuales contra la soriasis y la caspa, podían resultar peligrosos en sus efectos secundarios. El tratamiento de luz ultravioleta y medicación, típicamente utilizado para tratar las lesiones de la piel, a largo plazo resulatabn fuentes potenciales de carcinoma de células escamosas (la segunda forma más común de cáncer de piel).

Por su parte, los champús anti-caspa más eficaces también contienen ígenos. La FDA de los EEUU permite su inclusión en pequeñas cantidades, pero lo cierto es que se desconocen sus posibles efectos –por un uso prolongado- a largo plazo.

Por ello, la investigación importa: pues pone en el tapete al té verde como una buena posibilidad para evitar esos indeseados efectos secundarios, de los tratamientos hasta hoy conocidos.


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