La obesidad es una temática que al ser tan recurrente y cotidiana en todas las sociedades puede abordarse desde diversas áreas, y tan sólo pensando un poquito se pueden descubrir las influencias que ésta tiene sobre detalles (grandes y pequeños) de muchos aspectos de la vida. Siguiendo esta línea, abordar la obesidad desde la ecología puede parecer un tanto rebuscado, pero leyendo las siguientes líneas te sorprenderás al ver que sí es posible.
En estas épocas en las que uno de los fenómenos a los que se les da más importancia es el calentamiento global, un grupo de investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres han llegado a la conclusión de que los altos índices de obesidad que se están registrando en el mundo entero ejercen una importante influencia sobre el calentamiento global.
Aunque cueste comprenderlo y todo parezca bastante rebuscado, según las conclusiones de estos investigadores los altos niveles de obesidad en el mundo entero implican un mayor consumo de energía, lo cual afecta notablemente a la incidencia que nuestra vida cotidiana ejerce sobre el calentamiento global.
En un día tipo de una persona obesa consume un 18% más de calorías que una persona delgada, y teniendo en cuenta además el hecho de que una persona delgada tiende a caminar o utilizar una bicicleta antes de utilizar vehículos para desplazarse, no hay que ser ningún iluminado para ver que lo expresado en este artículo tiene un alto grado de correspondencia con la realidad que vemos todos los días.
Si tenemos en cuenta que dentro de unos pocos años la OMS ha estimado la posibilidad de que la mitad de la población sea obesa y comparamos este dato con los altos niveles de calentamiento global que se están alcanzando, preocuparse por esto deja de ser algo rebuscado y poco probable, y pensar sobre el asunto no es ninguna pérdida de tiempo.
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