domingo, julio 03, 2011

Enfermedades de transmisión sexual (ETS), peligro inminente



Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son un riesgo que corremos al tener relaciones sexuales, por lo que debemos tomar algunas precauciones e informarnos, como parte de la educación sexual que toda persona debería recibir. En VivirSalud te contamos cuáles son las ETS, cómo prevenirlas y qué repercusiones tienen en la salud.

Las virales que se pueden contraer por la vía sexual son: herpesvirus tipo 1 y tipo 2, hepatitis B, Virus de inmunodeficiencia humana (VIH, también llamado SIDA). Los herpesvirus se asocian con síntomas parecidos a los de una gripe y lesiones en la boca o en los labios. El herpesvirus tipo 2 además produce alteraciones en el área genital. El virus de la hepatitis B, mientras tanto, afecta al hígado, pudiendo producir una cirrosis hepática.

Otro virus que se puede adquirir es el del papiloma humano, el que causa las verrugas genitales. Las verrugas se pueden contagiar con el contacto de piel con piel, generando lesiones en forma de coliflor que son molestas, pero lo más frecuente es que este virus no produzca síntomas. También se asocia con cáncer cervical o anal.

bacterianas que se pueden adquirir son: gonorrea, sífilis y clamidiasis, las cuales producen una infección genital con dolor y ardor en la zona, sobre todo al orinar y eliminación de secreciones de mal olor.

También podemos contraer parásitos como los piojos púbicos y sarna (que se transmite por contacto directo piel con piel), que inducen a una gran picazón e irritación en la zona púbica. La tricomoniasis es otra patología de transmisión sexual producida por un protozoo (un parásito microscópico), que generalmente no tiene síntomas, o produce leve dolor al orinar y molestias vaginales.

Muchas de estas no muestran síntomas en algunas personas, lo que puede deberse a que recién esté comenzando la patología, o a que el individuo tenga un buen sistema inmune. Esto significa un riesgo para la pareja, que puede contagiarse de la enfermedad y ser portadora también para otras personas, o desarrollar y sufrir la enfermedad.

Para evitar estas patologías debemos tener una pareja estable, monógama, o protegernos de las infecciones mediante el uso de condones, además de llevar una buena higiene general y vida sana que nos mantenga con nuestras defensas altas.


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