
El Síndrome de piernas inquietas (también llamado Acromelalgia o Sindrome de Ekbom) se caracteriza por una incontenible necesidad de mover las piernas debido a una insoportable sensación de hormigueo que las recorre. Para sus infortunadas víctimas, el síndrome aparece en períodos de descanso y relajación, como durante el sueño por ejemplo.
Quienes experimentan el síndrome afirman que la única manera de sobrellevarlo es interrumpir su sueño caminando o moviéndose, para así amainar la desagradable sensación.
Esta falta de sueño acumulada y la persistente incomodidad genera en sus implicados una falta de descanso que puede confluir en alteraciones de la memoria, estados de ánimo tristes o depresivos, dolores de cabeza, etc., todos asiociados a la falta de descanso y que afectan la calidad de vida de quienes sufren el síndrome.
Aparentemente, el SPI es padecido por un 8% de la población mundial. Sin embargo, esta es una cifra dudosa, puesto que los expertos concuerdan en que muchas veces el problema no se consulta con médicos porque el paciente lo considera algo irrelevante; otras veces el problema es falsamente atribuido al insomnio y al estrés crónico, invirtiendo la relación causa y efecto (estos son síntomas del SPI, y no a la inversa).
Algunas de sus causas son de órden genético, y otras son todavía un misterio. Más allá de su origen, esta claro que el problema no se soluciona jugando al fútbol o pegandole patadas a la pared: nuevamente son los médicos quienes poseen las soluciones.
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