Hay casas en las que se ingresa y se aspira perfume a Lavanda, o tal vez un hermoso olor a limpio en la cocina, y en el baño un fresco olor que abre las vías respiratorias… Pero cuidado, no todo es color de rosa con estos olores, pues en muchos casos pueden traer aparejadas algunas complicaciones.
El síndrome de sensibilidad química múltiple (o síndrome de intolerancia química múltiple) no es aún considerado como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero sí se trata muy en serio en países tan importantes como Alemania o Canadá.
Es una realidad el hecho de que los ambientes que transitamos día a día se encuentran completamente alterados por las sustancias que utilizamos. En sólo un viaje en autobús podemos respirar un asqueroso perfume barato de señora, mucho smog de los caños de escape del vehículo y olor a naftalina de la ropa de nuestro compañero de asiento.
Esta conjunción de aromas químicos puede irritar las vías respiratorias, además de enrojecer los ojos, causar tos, alergias, picor, etc. Es recomendable que si estás padeciendo una de estos trastornos en tu cuerpo, procures tratarlo con especialistas para ver si pueden ayudarte.
Aún no hay un tratamiento específico para tratar el síndrome de sensibilidad química múltiple, pero sí existen algunos tratamientos que pueden ayudarte.
Mientras tanto, y para prevenir la aparición de este síndrome, puede ser una buena idea procurar estar apartado de los ambientes encerrados con olores intensos como el humo de tabaco, los insecticidas, los desodorantes de ambiente, etc. Procura hacer caminatas al aire libre para hacer que por tus pulmones corra aire puro sin contaminación. Tu salud pulmonar es importante, ¡cuídala!
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