Una nueva investigación arroja datos relevantes referentes a la salud laboral, confirmando una vez más que trabajar en un buen ambiente de trabajo hace que el trabajador tenga una vida más saludable y por consiguiente desempeñe su actividad laboral de una manera más efectiva.
Incluso esta investigación resulta sumamente interesante, pues brinda información en torno a las diferencias que se dan entre géneros femenino y masculino respecto a la asimilación mental de sus ambientes de trabajo.
Estudiando a una muestra de 24.277 individuos que habían trabajado en los últimos doce meses, científicos de las universidades de Calgary (Alberta) y McGill (Québec) lograron extraer conclusiones divergentes entre sexo masculino y femenino en relación a las repercusiones que los ambientes de trabajo insanos tienen en ellos.
En cuanto a los hombres que trabajaban en ambientes laborales de elevada exigencia y escaso control de sus tareas, éstos tendían a deprimirse severamente o sufrir ansiedad a causa de su situación laboral.
Respecto a las mujeres, en situaciones en las que éstas se veían sujetas a una actividad laboral con exigencias de gran magnitud a la par de un escaso control de su actividad laboral, éstas se deprimían en menor grado que los hombres.
Es así como se ve que todas las políticas enfocadas en una mejora del ambiente de trabajo resultan en todos los casos herramientas positivas para construir no sólo un ambiente laboral agradable y eficiente, sino que además se logra que los empleados tengan una vida agradable y saludable.
No comprendo esa necesidad arcaica de algunos empleadores de exigir y exigir, tomando a los empleados como máquinas, sin poder ver que siempre, siempre, siempre antes de lo laboral está lo humano, y si lo humano no funciona bien, lo laboral tampoco. El gasto en este sentido nunca es costo, es siempre inversión.
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