Difícil de creer, pero de seguro efectivo. Es que los japoneses siempre lideran el ranking de inventos extravagantes, pero por algo están donde están en el mundo, así que su genio inventivo dudo que carezca de fiabilidad.
Si de Japón sólo esperas inventos en las áreas de robótica, ingeniería, tecnología o computación, debo sorprenderte con este original artículo, una joyita para los perezosos que quieren adelgazar sin realizar esfuerzo físico alguno. Hablo de unos calzoncillos especialmente diseñados para que el hombre que los use pierda grasa de su estómago.
Su funcionamiento es simple, no consta ni de un microchip ni de una tela especial elaborada tecnológicamente que hace sudar al individuo, sino que la clave se encuentra en su forma. Los calzoncillos se adaptan al individuo de forma tal que lo hacen adelgazar.
Con la dinámica del andar del individuo, éste automáticamente reduce su peso, pues la prenda se ajusta a las nalgas de quien la usa, haciendo que éste se mantenga recto y firme al caminar, logrando así ejercitar sus abdominales y a su vez evitando posibles problemas en la columna.
Mi espíritu sarcástico me hace imaginarme a un japonés flaquito débil sufriendo al caminar con un calzoncillo que se ajusta tortuoso y doloroso en sus nalgas; pero no creo que la imagen de esta prenda se ajuste a mi idea apriorística, como decía antes, por algo los japoneses están donde están.
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