lunes, septiembre 21, 2009

El cáncer y los colores de los alimentos



Algunos dicen que se come con los ojos, y no están tan errados. Más allá de la estética de un buen plato bien servido, los alimentos tienen colores que dicen bastante sobre su valor nutricional, y tan sólo con observarlos podemos tener garantía de su aporte nutricional.

Esta es la primera de dos entregas sobre el valor nutricional de los alimentos según su color. En esta primera entrega nos focalizaremos en el rojo, en el amarillo y en el anaranjado, dejando para la próxima ocasión otros cuatro colores.

Rojo. En el caso de estos alimentos el origen de su color puede ser variado. En el caso de los tomates, moras o sandías, su origen es el licopeno, una proteína anti ígena que les da esa tonalidad, mientras que otras frutas rojas como las frutillas obtienen el color por la vitamina C, la cual es un fuerte antioxidante que también previene el cáncer.

Amarillo. El betacaroteno es el encargado de teñir de amarillo el maíz y los pimientos amarillos, al cual se encuentra asociada la vitamina A y la vitamina C. Además, en el caso de la mostaza, la curcumina es el pigmento que le aporta su color y que además inhibe la formación del cáncer.

Anaranjado. Finalmente, en el caso del naranja las zanahorias, batatas, melones, damascos, papayas y mango también contienen betacaroteno, a lo cual, al igual que en el caso anterior, se le asocia la vitamina A. Se trata de antioxidantes que previenen la formación de carcinomas en varias partes del organismo.

En el día de mañana hablaremos de otros cuatro colores en los alimentos: verde, marrón, azul y blanco.


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