¿Qué es la nutrición?
La nutrición es el mecanismo mediante el cual el organismo incorpora los elementos necesarios para su óptimo funcionamiento, tales como crecimiento, desarrollo, mantenimiento, reparación, etc.
Este mecanismo parte de la ingestión de los diferentes nutrientes a través de la alimentación.
¿Cuales son los requerimientos nutricionales de un anciano?
El requerimiento nutricional es la cantidad mínima de energía calórica, principios inmediatos (proteínas, hidratos de carbono y lípidos), agua, vitaminas y oligoelementos necesarios para el desarrollo y funcionamiento normal del cuerpo.
No obstante, esto tendrá un valor individual de acuerdo a cada sujeto, edad, sexo, contextura física, condición biológica o patológica, actividad física, etc.
El gasto energético basal es la cantidad de calorías mínimas que el organismo necesita, estando en reposo, para funcionar.
En síntesis, el requerimiento es la adición del nivel de actividad física más el gasto energético basal.
Este último disminuye entre un 5 y un 10% por cada década sobre los 65 años.
Lo importante es como deben aportarse dichas calorías en relación a los diversos componentes de la dieta.
Se deben tener siempre en cuenta que las recomendaciones son para personas mayores sanas, por lo que cada patología en particular necesitará variaciones específicas en su prescripción.
La RDA (Recommended Daily Allowance), que subdivide a la población adulta en sólo tres grupos, recomienda 2.200 Kilocalorías para hombres mayores de 51 años y 1.900 Kilocalorías para mujeres de la misma edad.
¿Cuáles son estos nutrientes y sus requerimientos?
Los nutrientes son sustancias o principios inmediatos, que el cuerpo utiliza para todas sus funciones. Todos deben estar de alguna forma en nuestra dieta de acuerdo a diferentes proporciones en calorías.
Hidratos de Carbono:
son la fuente energética más barata y fácil de obtener, además los alimentos ricos en hidratos de carbono también son el principal aporte de fibra de la dieta.
Se requiere un mínimo de 100 grs. de glucosa, que es el principal y más elemental hidrato de carbono, para que el organismo no haga uso de sus proteínas estructurales en la obtención de azúcares.
Sin embargo, el predominio del consumo de productos azucarados puede provocar una elevación de la glucemia.
Se debe recordar que, a partir de los 70 años, la glucemia en ayunas es algo más alta siendo cercana a los 130 mg/dl. Las necesidades del senescente serían de unos 4 gr./Kg./día, representando entre un 55 y un 60% del contenido energético total.
Proteínas:
son el principal componente de la estructura del organismo y algunos de sus componentes, llamados aminoácidos no se pueden producir en el cuerpo denominándose denominan aminoácidos esenciales.
Se debe tener en cuenta las particularidades metabólicas del anciano, que tiene una renovación proteica entre un 20 y un 30% menor que los adultos.
Sin embargo, la persona de edad avanzada no dispone de la misma reserva de aminoácidos ,siendo además su reutilización pobre, para realizar la síntesis de proteínas de los tejidos.
Las proteínas deben aportar entre el 10 y el 15% del consumo energético, lo que significa alrededor de 1 gr./Kg./ día en ancianos sanos.
Cabe señalar que los ocho aminoácidos esenciales deben ser aportados por la dieta, lo que implica que se deben consumir proteínas de alto valor biológico de origen animal.
Evidentemente que las necesidades se modifican cuando se presentan infecciones o estrés de diversa naturaleza.
Además cuando el anciano guarda reposo la degradación y eliminación de componentes proteicos aumenta, por lo que el aporte debe ser el apropiado a fin de evitar que el organismo haga uso de sus reservas y se provoque múltiples y negativas consecuencias.
Las distintas publicaciones difieren respecto a cuál es la proporción de proteínas de origen animal que debe contener la dieta, pero en la práctica, se estima que a lo menos debiera ser el 50%.
Lípidos:
son los elementos grasos de la alimentación. Múltiples estudios epidemiológicos han demostrado una directa relación entre la tasa de Colesterol plasmático y el riesgo de enfermedad ateroesclerótica, por lo que es de vital importancia las recomendaciones que se hagan en el consumo de grasas.
Sin embargo, se debe tener claro que una dieta pobre en lípidos puede ocasionar trastornos cutáneos, oculares, cerebrales y metabólicos.
Existe un par de ácidos grasos esenciales para la vida que no son sintetizados por el organismo: el ácido Linoleico y el ácido Alfa-linolénico.
Lo anterior implica que el consumo de dichos elementos es fundamental.
El consumo lipídico total en sujetos de edad avanzada debe constituir alrededor del 30% de la ingesta energética total; es decir 1 gr./Kg./día y la relación debe ser de 1/3 de ácidos grasos saturados, 1/3 de ácidos grasos monoinsaturados y 1/3 de ácidos grasos poliinsaturados.
Agua:
se debe recordar que el mecanismo de la sed está alterado en los ancianos por lo que la ingesta de agua es habitualmente menor.
El requerimiento mínimo diario, en un anciano sano, no debe ser inferior a 1.500 cc. distribuido en alimentos y agua en distintas combinaciones.
Vitaminas: son sustancias indispensables para la vida y como el organismo no puede sintetizarlas, deben ser tomadas con la alimentación.
Diversos estudios no han demostrado exigencias específicas para las personas de edad avanzada, pero han mostrado deficiencias clínicas o subclínicas de vitaminas A, B1, B6, B12, C, D y ácido fólico.
Una alimentación sana y equilibrada permite cubrir las necesidades vitamínicas del organismo, por lo que los suplementos deben usarse con precaución pues incluso pueden provocar reacciones adversas.
Minerales y Oligoelementos: los llamados macro elementos se encuentran en el organismo en cantidad considerable (Sodio, Potasio, Calcio, Fósforo, Cloro, Magnesio y Hierro).
En personas de edad avanzada se ha observado que principalmente tienen carencias de calcio y hierro.
Los Oligoelementos se encuentran en muy pequeñas cantidades en el cuerpo, pero su función también es esencial debido que intervienen en múltiples sistemas enzimáticos que forman parte de la maquinaria del organismo, en síntesis de hormonas y en la elaboración de ciertos tejidos.
Además, muchos de ellos tienen propiedades antioxidantes.
Algunos estudios han demostrado deficiencias de Zinc, Cobre y Selenio, tanto por falta de aporte como por efecto secundario de algunos medicamentos como diuréticos, laxantes, etc.
¿Cómo se puede asegurar el consumo de todos estos nutrientes?
Todos los nutrientes descritos anteriormente pueden ser aportados por diferentes vías tales como la oral, la enteral y la parenteral.
La primera es la vía natural y conocida para alimentarse, y lo que hace falta es consumir de todos los nutrientes en la cantidad apropiada.
En España y gracias a la llamada dieta mediterránea, que no es otra cosa que "de todo un poco" se cubren, en general las necesidades de los diferentes componentes de todos lo grupos alimentarios.
En cualquier caso el médico o el dietista pueden prestar una gran ayuda en caso de dudas o si se necesita una dieta especial.
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