viernes, abril 29, 2005

La verdad sobre perros y gatos

EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE
Las mascotas son los grandes compañeros de las soledades. Florence Nightingale, fundadora de las modernas escuelas de enfermería, observó en el siglo XIX que estos 'camaradas' eran muy beneficiosos para los enfermos crónicos. Además ahora hay investigaciones que han comprobado que estos pequeños animales pueden hacer grandes cosas dentro de una consulta del psicólogo o en el hogar como aminoradores de tensiones.

«Los perros son unos desenmascaradores» , explica Isabel Salama Salabella, psicoterapeuta clínica y especialista en terapia asistida con animales. En su consulta estos cánidos mejoran sus resultados con los pacientes, ya que son capaces de detectar cuándo una persona tiene la adrenalina elevada o está temerosa por algo. Generalmente los suele emplear en problemas emocionales, duelos, bloqueos, obsesiones, separaciones, etc.

Pero su terapia con animales no se queda en los perros, «voy improvisando, veo que unos animales son más adecuados para determinadas personas». Por ejemplo, «los gatos son útiles para las personas estresadas o las que presentan ataques de pánico. Este animal es muy relajado, va a su aire y da afecto cuando la otra persona empieza a relajarse. A una ama de casa con varios hijos y estresada podría irle muy bien un canario. Depende de lo que observe en cada paciente así recomiendo una u otra cosa».

«Cuando existen tensiones familiares suelo intentar que introduzcan una mascota, ya que reducen la agresividad y la rabia y mejoran las relaciones. Con un animal es casi imposible no establecer una comunicación», comenta esta psicóloga que también los utiliza en su consulta porque le facilitan a la hora de establecer un diagnóstico, «según cómo se comporte la persona con el perro o gato, así puedo observar algunos problemas que de otro modo tardarían más en manifestarse».

Helen Kahn, profesora de Alteraciones Comunicativas en la Universidad del Noreste de Michigan (Estados Unidos), está estudiando cómo mejorar la comunicación entre paciente y terapeuta. Explica que cuando el perro está presente en la misma habitación, el proceso terapéutico se produce más rápidamente, la ansiedad se reduce, algo que se comprueba al medir el ritmo cardiaco y la tensión arterial.

«Con los animales en la consulta, se fomenta el sentido del humor y consigo eliminar los mecanismos defensivos de ocultación como la agresividad, el miedo, la rabia o la tristeza», afirma Isabel Salama que advierte de la importancia de tener desparasitadas a estas mascotas.

Gran defensora de los animales, esta psicóloga explica que «valoro qué personas son más propicias a ellos para que no se produzca rechazo». Comenta que en cuanto tiene ocasión, intenta aplicar la terapia con caballos porque implica salir de las cuatro paredes de la consulta y el paciente responde muy bien cuando se encuentra en plena naturaleza y al aire libre.