Cuando no comemos suficiente cantidad de vegetales de hojas verdes (entre ellas, espinaca, col, lechuga), tomate, lentejas, carnes magras, hígado o no bebemos leche podemos estar ante una deficiencia de vitamina K. Esta vitamina es muy importante para nuestro organismo, pues una de sus funciones principales es la coagulación de la sangre, la salud del corazón, el fortalecimiento de los huesos y la absorción de minerales. Además, es esencial para el desarrollo del feto durante el embarazo.
La falta de vitamina K, por lo tanto, puede ser muy peligrosa. La cantidad promedio que se necesita de ella es de 80mg para los hombres y de 65mg para las mujeres. Si la cantidad es menor, estamos ante la deficiencia de vitamina K, que se caracteriza por los siguientes síntomas:
Anemia
Dificultades o falta de coagulación de la sangre
Aparición de hematomas
Hemorragias nasales o hemorragias en los ojos
Sangrado de encías
Sangrado gastrointestinal
Sangrado en la orina
Susceptibilidad a las fracturas
Osteoporosis
Cáncer de hígado
Como ves, la ausencia de vitamina k puede afectarnos muchísimo, pues perjudica la salud de nuestros huesos y no permite la coagulación de la sangre. Por ello, asegúrate de consumir suficiente cantidad de alimentos ricos en vitamina K.
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