Mucho se ha hablado de lo beneficioso que resulta tener un mascota. No sólo porque recibimos su cariño, muchas veces incondicional, sino porque además se ha comprobado científicamente que contribuyen a mejorar nuestra salud.
Estudios recientes hablan de que la presencia de un perro o un gato en nuestras vidas constituyen una ayuda terapéutica inestimable contra la depresión, las enfermedades cardiovasculares y otros aspectos relacionados con la salud.
Un estudio con más de 6000 pacientes realizado en Australia reveló que aquellas personas que contaban una mascota presentaban menores índices de presión sanguínea, niveles bajos de colesterol y, en consecuencia, un menor riesgo de ataques al corazón.
La reducción del estrés que causa la compañía afectiva de un animal influye de manera determinante en su estabilidad física y psíquica.
Perros terapeutas
Perros, gatos, peces, pájaros, conejos o conejillos de india pueden ser excelentes terapeutas según la Asociación Nacional para la Interacción entre los Animales y la Sociedad (ANIAS), que lleva difundiendo desde el 2004 los efectos positivos de esta convivencia y trato.
Los perros, en concreto, son excelentes porque muestran un afecto incondicional y no juzgan a los humanos por su aspecto o actitud.
Un buen 'perro terapeuta' habrá pasado previamente por un control de salud, comportamiento y aptitud.
El animal que supera los tres exámenes se destina a un colectivo concreto: ancianos, autistas, toxicómanos, depresivos, etc...
ANIAS destaca, entre otros beneficios, que la terapia asistida con animales proporciona una mayor esperanza de vida, el aumento de la autoestima o una estimulación mental considerable.
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