Las consecuencias de dormir poco y mal

Todos sabemos que dormir bien y las horas necesarias es muy importante para nuestra salud física y también para nuestro estado de ánimo. Sin embargo, ¿conoces los riesgos de no dormir las horas recomendadas?

Los expertos en salud, a través de diversos estudios, nos explican las consecuencias, a corto y largo plazo, de no dormir las ocho horas recomendadas. Seguro que a partir de ahora, empiezas a tomarte mucho más en serio todos estos consejos.

Tenemos mala cara y envejecemos antes

Despertarse con mala cara después de dormir mal y pocas horas es todo un clásico. Y es que la falta de sueño hace que nos veamos menos atractivos y tengamos ese aspecto tan cansando.

De hecho, de esto mismo hablamos en un artículo anterior, donde te contábamos que la falta de horas de sueño también está relacionada con el envejecimiento de la piel. Así que dormir bien nos hace más atractivos y nos ayuda a parecer más jóvenes.

Más posibilidades de contraer un resfriado

Sin embargo, las consecuencias más importantes y peligrosas de no dormir y descansar las horas que nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan, van mucho más lejos. Según un estudio realizado por la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos, tenemos más posibilidades de contraer un resfriado. Y esto es porque, mientras dormimos, nuestro sistema inmunitario libera unas proteínas llamadas citocinas, además de células y anticuerpos, que el cuerpo necesita para luchar contra las infecciones.

Perdemos tejido cerebral

Otro descubrimiento muy importante es que no dormir las horas necesarias hace que, a largo plazo, perdamos tejido cerebral. Pero además, según investigadores de la Universidad Berkeley de California, la falta de sueño también afecta a nuestra concentración y memoria, e incluso a nuestro carácter, ya que tenemos más posibilidades de alternarnos.

Aumenta el riesgo de obesidad y cáncer

Pero una de las peores consecuencias de no dormir bien es que a largo plazo aumenta el riesgo de obesidad y también de padecer enfermedades cardíacas, e incluso de desarrollar cáncer. Al menos así lo demuestran diversos estudios científicos, como el de la Universidad de Pensilvania, que relacionó la obesidad con la falta de sueño a largo plazo.