La urinoterapia o uroterapia es una de los tratamientos alternativos que con el paso del tiempo va ganando más adeptos, a medida que pasa el tiempo van a aparenciendo más libros de médicos y biólogos que aceptan los poderes curativos adjudicados a la bebida diaria de la propia orina aún cuando se trate de personas enfermas.
Las grandes defensores de la práctica de este buen hábito consideran que al empezar a hacerlo se adquiere una nueva perspectiva sobre la concepción del propio cuerpo y sobre la presencia de lo divino al servicio de lo humano de forma gratuita, afirman que en un mundo como el actual no le conviene, por obvias razones, a los médicos, farmaceutas, productores de jabón, desinfectantes, laxantes, cremas dentales, productos de belleza facial... que se popularice el uso de la orina.
Los directores de cine tampoco parecen interesarse por el asunto, al contrario, cuando aparece la urinoterapia como la única salvación para naúfragos, soldados, seres perdidos en el desierto o exploradores mordidos por una serpiente, los personajes hacen uso de su propio orina como si se tratara de un acto repulsivo, de ninguna manera se insinúa que tomar orina es tan grave como beber cerveza.
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