jueves, junio 22, 2006

La termodinámica y la alimentación







Los alimentos que producen más energía con la menor cantidad de desecho y de fácil degradación, son las frutas, seguidas por los cereales integrales, las hortalizas, legumbres y vegetales. Estos alimentos originan entropía negativa, es decir, una tendencia al orden, por lo que no deben faltar en nuestra dieta diaria.

La Energía es uno de los elementos que conforman el triángulo de la salud, según la Medicina Sistémica. Es necesaria para el movimiento, la transformación de los alimentos, el aprovechamiento de los nutrientes, la eliminación de los productos de desecho y la construcción y mantenimiento de la estructura y función celular.


Según los principios de la física, la combustión es más incompleta, mientras mayor cantidad de desechos produce. La combustión incompleta genera entropía positiva, es decir, desorden. En el hombre, el caos corresponde a enfermedad.
Nuestro organismo utiliza los alimentos como combustible, los cuales han sido clasificados en proteínas, lípidos y carbohidratos.


Las proteínas y las grasas son las que mayor cantidad de residuos producen, algunas de difícil manejo como las xantinas y cetonas, y otras tóxicas como la urea, creatinina y acido úrico, sustancias que se relacionan, directa o indirectamente, con la aparición de enfermedades, tales como: hipertensión, gota, litiasis, ateromatosis, insuficiencia renal, enfermedades cardiovasculares, y otras.

No obstante, hay que reconocer la función constructora de las proteínas.


Los carbohidratos, en cambio, son los que menor cantidad de residuos generan, los cuales se liberan fácilmente en forma de CO2 + agua.


Algunas sustancias, como las fibras, desempeñan funciones depuradoras, que facilitan la eliminación de desechos. Se las encuentra en los cereales integrales, cáscara de leguminosas, corteza de frutas y legumbres.


El proceso de refinación de harinas, sal, azúcar y aceites, así como la excesiva cocción, desmineralizan, y desnaturalizan las proteínas, restando energía al alimento.

Igualmente, los edulcorantes, colorantes químicos y aditivos necesarios para la preservación de los alimentos enlatados, embutidos o envasados, y bebidas artificiales, constituyen un combustible pobre para la producción de energía, debido a la gran cantidad de toxinas que generan y el trabajo que deben realizar nuestros órganos para su eliminación.


En conclusión, los alimentos que producen más energía con la menor cantidad de desecho y de fácil degradación, son las frutas, seguidas por los cereales integrales, las hortalizas, legumbres y vegetales, que requieran poca cocción.

Estos alimentos originan entropía negativa, es decir, una tendencia al orden, por lo que no deben faltar en nuestra dieta diaria.

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