Disfrutar de un buen plato de nuestra comida favorita que nos deje la panza contenta es un verdadero placer. Pero si nuestro objetivo es bajar de peso, sabemos que una de las reglas de toda dieta balanceada es reducir la cantidad de comida que ingerimos.
De cualquier manera, no todos saben cómo cumplir esa regla en la práctica. ¿Sientes que no puedes levantarte de la mesa sin un segundo plato? ¿Notas que comes demasiado y no puedes parar? Aquí te dejamos unos sencillos trucos para comer menos.
Primero bebe, luego come. Recuerda que lo ideal es beber 8 vasos de agua por día para mantener a nuestro organismo hidratado. Si aumentas la cantidad de líquido que bebes a lo largo del día, te sentirás más satisfecho y por tanto, con menos hambre y ganas de comerte todo lo que ves.
Reduce las porciones. Reduce el tamaño de las porciones de comida que sirves en cada plato. Es una buena ayuda de acostumbrarnos a comer en menores cantidades, pues generalmente tratamos de acabar con todo lo que hay en plato.
Come conscientemente. Saborea cada bocado y tarda en mandar el tenedor a la boca. También trata de comer acompañado, para que la comida se haga más larga. Nuestro cerebro demora 20 minutos en darse cuenta que estamos llenos: si te tomas tu tiempo en las comidas, tu organismo se sentirá satisfecho más rápidamente y por lo tanto, comerás menos.
No esperes hasta reventar. ¿Cuántas veces hemos comido de glotones? Muchos comen hasta que su panza se infla, pero eso no debe ser así. Tómate tu tiempo para comer y notarás que te llenas antes de lo que pensabas.
Come menos más seguido. Para no arrasar en el almuerzo y principalmente en la cena, tienes que comer a lo largo del día. Lo recomendable es comer cada 3 horas: eso sí, deben ser frutas o verduras o snacks saludables y bajos en calorías si no, no tiene ningún sentido.
No guardes dulces. Toda cocina tiene su rinconcito en el que guardamos todo tipo de golosinas. Muchas veces caemos en la tentación de comer algo dulce simplemente porque sabemos que lo tenemos allí, esperándonos en el cajón. Por eso mismo, trata de no acumular dulces en tu casa o reemplázalos por más frutas.
Un gustito de vez en cuando no está mal. Llevar una dieta estricta es un sacrificio y por eso es que generalmente se abandonan enseguida. Para mantenernos saludables y sanos, es fundamental alimentarnos bien, pero eso no implica que no puedas darte un gustito con tu chocolate favorito. Por supuesto, si quieres bajar de peso, no te mientas a ti mismo: sabes que deberás comer menos chocolate.
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