jueves, julio 17, 2008

6 drogas que los médicos nunca tomarían



Los médicos saben cuales son las drogas más peligrosas. Los autores de este artículo los encuestaron formulando la pregunta: “Cuál medicamento evitaría?” Estas fueron sus respuestas.


Salmeterol (Serevent, Advair):

Su principio activo contra el asma bronquial puede empeorar la enfermedad. Un estudio realizado en 2006 determinó que el uso regular de medicamentos del tipo beta-agonista, como el salmeterol, puede incrementar la severidad de las crisis de asma. Los investigadores estimaron que este fármaco puede contribuir a 5.000 muertes por asma al año, en los EEUU.


Rosiglitazona (Avandia):

Este fármaco antidiabético (rosiglitazona) puede producir infartos cardiacos. Un estudiodemostró que las personas que utilizaban este fármaco por lo menos por un año, aumentaron sus riesgos de insuficiencia cardiaca o infarto miocárdico en 109 % y 42 %, respectivamente.


Celecoxib (Celebrex):

Este anti-inflamatorio se ha relacionado con aumento de los riesgos de sangramiento gástrico, enfermedad renal, y daño hepático. Un estudio realizado en 2005 demostró que la ingestión de 200 mg de Celebrex dos veces al día, duplicó los riesgos de morir por enfermedad cardiovascular. Aquellos que recibieron 400 mg dos veces al día, triplicaron sus riesgos.


Telitromicina (Ketek):

Este antibiótico prescrito contra las infecciones del tracto respiratorio, puede producir efectos adversos severos en el hígado. En Febrero 2007, la FDA limitó su utilización.


Omeprazol y Esomeprazol (Nexium):

Aunque la FDA investigó sobre la relación entre enfermedad cardiaca y estos medicamentos, no encontró una conexión probable. Sin embargo, se sabe que estas drogas incrementan el riesgo de neumonía y aumentan los riesgos de pérdida de masa ósea. Se estima que los riesgos de fracturas óseas es 40% mayor en pacientes que utilizan estos fármacos por largo tiempo.


Pseudoefedrina:

Este descongestionante, que forma parte de muchos fármacos “antigripales”, puede aumentar la presión arterial y la frecuencia cardiaca, preparando al paciente a una catástrofe vascular. A través de los años, la pseudoefedrina se ha relacionado con ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, así como al empeoramiento de síntomas prostáticos y glaucoma.

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