martes, septiembre 26, 2006

Europa aprueba la vacuna para el cáncer de cuello de útero.

La vacuna contra el virus de papiloma humano (VPH) que causa el cáncer de cuello de útero, cuya comercialización en Europa fue aprobada ayer por la Agencia Europea del Medicamento, podría incluirse en el calendario de vacunación escolar de las niñas de 11 a 12 años.

Los responsables de Salud Pública de las comunidades autónomas analizarán el lunes en el Ministerio de Sanidad la conveniencia de que este preventivo se administre a todas las adolescentes españolas a partir del curso 2007-2008.

La nueva vacuna, diseñada por la farmacéutica Merck y comercializada en Europa por Sanofi Pasteur con el nombre de Gardasil, evita un 70% de los contagios de dos tipos de VPH y un 90% de las verrugas genitales, según indican los estudios previos a su autorización.

Esta vacunación no podrá sustituir a los análisis periódicos --las citologías o Papanicolau-- que en la actualidad detectan una infección por el VPH, ya que existen hasta 120 subtipos distintos de este virus, advierten los médicos.

Antes de tener relaciones

"Esta vacuna es buena y debería administrarse a las niñas antes de que inicien sus relaciones sexuales --según responsables de Sanidad--.

Pero su eficacia no es completa y hemos de analizar si es tan ventajosa como la que prepara el laboratorio Glaxo Smith Kline".

El coste Gardasil, que consta de tres dosis, oscila entre los 300 y los 500 euros.

El virus del papiloma se transmite en las relaciones sexuales y afecta, en algún momento de la vida, a más de un 70% de las mujeres y a un número indeterminado de hombres, con mayor incidencia en los países pobres.

Un 90% de los contagios se superan espontáneamente, pero cuando la infección es reiterada da lugar a células precancerosas que, con los años, puede causar un cáncer de cuello de útero, de vulva o, en menor medida, de pene.

Sin control

Una persona infectada por el VPH no tiene porqué sufrir cáncer: la mayoría se curan sin hacer nada, aseguran los especialistas, el problema es que el contagio evolucione sin un control.

El análisis periódico de la mucosa genital de las mujeres, prueba rutinaria en muchos países occidentales, ha reducido drásticamente la incidencia de este cáncer, cuya extirpación quirúrgica puede suponer una grave mutilación.


Fuente:
Cortesía de-OPS

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