jueves, octubre 23, 2008

La gripe puede resultar mortal para las víctimas jóvenes



Amanda, la hija de cuatro años de Richard Kanowitz, murió de la gripe el 1 de marzo de 2004, apenas 72 horas después de quejarse por primera vez de que se sentía mal. Amanda llegó a casa del preescolar una tarde del viernes con tos y fiebre ligeras, recuerda su padre. Sus síntomas progresaron poco a poco durante el fin de semana, y para el domingo estaba decaída, todavía tenía fiebre y vomitaba. El pediatra dijo que había varios virus en circulación y aconsejó a los padres solamente que la mantuvieran hidratada.

Lo hicieron, pero el lunes en la mañana, Kanowitz fue a despertar a Amanda sólo para encontrar que había muerto durante la noche. Amanda no había sido vacunada contra la influenza. En ese entonces, las directrices de los U.S. Centers for Disease Control and Prevention sólo recomendaban vacunar a los niños de seis a 23 meses de edad. "No caía dentro de las directrices, así que no la vacunamos", afirmó Kanowitz. "No estábamos conscientes de lo grave que es la influenza, de que mata a niños sanos". Gracias en parte a Kanowitz, que fundó un grupo conocido como Families Fighting Flu, ahora las recomendaciones de los CDC urgen que todos los niños entre los seis meses y los 19 años de edad sean vacunados.

También se aconseja a las mujeres embarazadas que se vacunen, no sólo porque tienen un mayor riesgo de complicaciones relacionadas a la gripe, sino porque las vacunas también benefician a sus bebés. Los niños menores de seis meses tienen la mayor tasa de hospitalización por la gripe entre los niños. A pesar de este hecho concreto, apenas el veinte por ciento de las mujeres actualmente embarazadas encuestadas recientemente afirmó que planeaba vacunarse esta temporada. Kanowitz y su esposa vacunan ahora religiosamente a sus otros dos hijos, que tienen 19 meses y seis años de edad. "Lo mejor que pudiéramos haber hecho para que Amanda estuviera aquí hoy en día hubiera sido vacunarla", aseguró. "Es la cosa singular más importante que los padres pueden hacer para protegerse a sí mismos y a sus hijos".

"La gripe causa muerte, no hay duda", señaló el Dr. John Treanor, profesor de medicina y microbiología en el Centro médico de la Universidad de Rochester en Nueva York. "Y aunque por lo general pensamos de la gripe que mata a la gente mayor o a los que tienen enfermedades crónicas, y es así, también nos hemos vuelto más conscientes de las muertes entre los niños pequeños". "La mayoría de niños que mueren de gripe no habían sido vacunados, y sólo alrededor de la mitad de ellos tiene el tipo de condiciones de alto riesgo a las que normalmente dirigimos la vacuna", afirmó Treanor. A 14 de junio de 2008, los CDC han recibido reportes de 83 muertes relacionadas a la gripe en niños durante la temporada de gripe 2007-08. 76 niños murieron durante la temporada anterior, y 46 en la temporada 2005-06.

El alto índice de mortalidad durante las dos temporadas de gripe anteriores podría haberse debido a una mala correspondencia entre las cepas circulantes de gripe y las incluidas en la vacuna, que se actualiza cada año. Las autoridades predicen que la vacuna de este año tendrá una mejor correspondencia, y que habrá muchas existencias. Cada año, más de 200,000 personas son hospitalizadas debido a complicaciones de la gripe, y 36,000 mueren, con frecuencia de grupos de alto riesgo como los adultos mayores y las personas que tienen problemas crónicos de salud.

Aunque los CDC recomiendan que cualquiera que desee reducir sus probabilidades de contraer la gripe se vacune, los grupos prioritarios incluyen a niños de 6 meses a 19 años de edad; las mujeres embarazadas; la gente mayor de 50; la gente de cualquier edad que tenga afecciones crónicas de salud; las personas que viven en hogares de ancianos y otros centros de atención a largo plazo; y los que tienen un alto riesgo de complicaciones relacionadas a la gripe, como los trabajadores de atención de la salud, los contactos en el hogar de las personas con un alto riesgo de complicaciones, y los contactos en el hogar y cuidadores fuera del hogar de niños menores de seis meses (que son demasiado jóvenes para ser vacunados).

Según los CDC, la temporada de gripe varía un poco cada año, pero puede comenzar desde octubre, alcanzando su punto máximo por lo general en enero o después, e incluso tan tarde como marzo. "Es difícil de decir, pero en un año típico, vemos los primeros casos cerca de diciembre, y las cosas comienzan a acelerarse cuando los niños vuelven a clases tras las Navidades", apuntó Treanor. "Tal vez si la pudiéramos erradicar en los niños, no se propagaría a los adultos".


Fuente: En Alianza con Medlineplus

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