Una investigación reciente sugiere que las noches estresantes de insomnio podrían alterar el aprendizaje y la memoria.
Los investigadores afirman que ratones estresados que se mantuvieron despiertos durante tres días seguidos fueron incapaces de producir células nuevas en el hipocampo del cerebro, una área que se cree es necesaria para el aprendizaje y la memoria.
"La naturaleza estresante de la privación del sueño tiene efectos negativos sobre el hipocampo", concluyó el equipo dirigido por Elizabeth Gould, profesora de psiquiatría de la Universidad de Princeton en Princeton, Nueva Jersey.
Su equipo publicó los hallazgos en la edición anticipada en línea del 27 de noviembre de Proceedings of the National Academy of Sciences.
El grupo de Gould ya sabía que la privación prolongada del sueño es un potente agente estresante para el cerebro.
En este nuevo estudio, los investigadores se preguntaron si la hormona del estrés corticosterona podría desempeñar un papel en los efectos de la privación del sueño sobre la producción de nuevas células cerebrales.
En el experimento, se colocaron las ratas sobre una plataforma de metal circular suspendida sobre agua en un recipiente plástico.
Si los animales se dormían caían al agua, lo que añadía un estrés mayor a la mezcla de privación del sueño.
Los investigadores hallaron que después de tres días con este tipo de privación estresante del sueño, el cerebro de las ratas mostraba niveles elevados de corticosterona.
Los niveles elevados de la hormona fueron asociados a una reducción significativa en el número de nuevas células cerebrales producidas en el hipocampo de las ratas.
Para corroborar esa relación, los investigadores repitieron los experimentos en ratas a las que se había extirpado mediante cirugía las glándulas adrenales que producen hormonas.
En estos animales, la producción de células cerebrales siguió siendo la misma aún después de experimentos de privación del sueño similares.
Estos resultados sugieren que el incremento en los niveles de la hormona del estrés es responsable de la alteración en la producción celular de los cerebros privados del sueño.
Sin embargo, un experto no está seguro si el efecto observado en este estudio es extrapolable a los humanos.
"Muchos de estos efectos podrían ser específicos para las especies", afirmó Jerry Siegel, profesor de psiquiatría de la Universidad de California, en Los Ángeles.
"En las ratas, hay datos que indican todo tipo de efectos nefastos de la privación del sueño, hasta la muerte. Éstos no se observan en humanos.
Así que no es tan fácil generalizar estos datos en los humanos", apuntó. "Podría haber una conexión, pero no se puede estar seguros".
Otro experto no está seguro que el estudio demuestre que toda privación del sueño es necesariamente estresante.
"No hay duda de que el protocolo usado aquí era estresante", afirmó Joseph D. Miller, profesor asociado de biología celular y neurobiología en la Universidad de California del Sur.
"Sin embargo, no es tan claro con otros métodos de privación del sueño", señaló Miller.
"Por ejemplo, se ha reportado que la manipulación suave y continua de los ratones durante seis horas o más causó un incremento máximo casi similar en la propensión al sueño una vez terminada la manipulación", agregó.
"¿Pero, es eso estresante? En un animal habituado a la manipulación, ésta podría ser la forma menos estresante de privación del sueño".
Podría tener un paralelismo en humanos, por ejemplo, la diferencia entre irse de fiesta dos o tres noches de seguido (menos estresante) o ser forzado por alguien a permanecer despierto (muy estresante).
"Posiblemente, se podría ver un número aún mayor de neuronas supervivientes si la privación del sueño es lo menos estresante posible", explicó Miller.
"Es posible que la privación del sueño no sean tan mala en los humanos, si se puede reducir el estrés asociado".
Fuente:
Cortesía de-Nlm.nih.gov
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